Acoma, el pueblo habitado más antiguo de EEUU

El Pueblo de Acoma, en el condado de Valencia, en el centro oeste de Nuevo México, se cree que fue fundado en el siglo XII o incluso antes, por lo que es la comunidad continuamente habitada más antigua en los Estados Unidos.

El pueblo está situado a una altura de 110 metros sobre una superficie de piedra arenisca y, hasta hace poco, solo se podía llegar a él por una escalera tallada a mano en la roca. La ubicación del Pueblo de Acoma le hizo ganarse el apodo de "ciudad del cielo" y ha impresionado a todos los que han puesto los ojos en él, desde el primer europeo hasta el visitante más moderno.

El primer contacto europeo con Acoma fue hecho por el conquistador español y explorador Francisco Vázquez de Coronado en 1540, quien describió el lugar como "uno de los lugares más fuertes jamás vistos, debido a que la ciudad fue construida sobre una roca". "El ascenso era tan difícil que nos arrepentimos de subir a la cima", escribió.

Casi sesenta años después, el pueblo fue practicamente destruido cuando el gobernador colonial Juan de Oñate comenzó a atacando distintos pueblos nativos americanos de la zona. Anticipando un ataque a Acoma, los aldeanos dieron el primer paso, matando a varios de los hombres de Onate, incluyendo su sobrino. Esto tuvo consecuencias nefastas para los aldeanos dos meses más tarde.

Para vengar las muertes, los hombres de Oñate quemaron el pueblo, asesinaron a más de 600 personas y encarcelaron a aproximadamente otras 500. Los presos fueron condenados, o bien a la esclavitud forzada, o bien a la mutilación corporal. Al final de la matanza, la población de 2000 personas de Acoma se redujo a aproximadamente 250.

Estos supervivientes comenzaron un largo proceso de reconstrucción de su comunidad.

Oñate, que tenía un control firme sobre la zona para entonces, comenzó a imponer impuestos sobre los cultivos, el algodón y la mano de obra en Acoma y otros pueblos.

Entre 1629 y 1640, los aldeanos fueron obligados a construir una iglesia en Acoma. Todos los materiales de construcción, incluyendo alrededor de 20.000 toneladas de tierra y piedra, además de vigas de 30 pies (9 metros), fueron arrastrados por las empinadas laderas de la roca de Acoma.

Estos abusos de poder por parte de las autoridades religiosas y políticas finalmente llevó a la Rebelión de los Pueblos.

El 10 de agosto de 1680, alrededor de 17.000 aldeanos, incluyendo 6.000 guerreros, se levantaron por venganza contra los aproximadamente 3.000 colonos. Las tribus atacaron iglesias de la misión, matando a 22 de 33 frailes, y demolieron y quemaron muchas de ellas. Todos los asentamientos colonos en Nuevo México fueron exterminados. Alrededor de 400 personas murieron, mientras que el resto fueron expulsados del pueblo.

Durante los siglos siguientes, Acoma continuó sufriendo ataques e invasiones de las tribus Apache, Comanche y UTE.

Hoy en día, el pueblo tiene unos 300 edificios de adobe, pero menos de 50 residentes permanentes. Los servicios básicos como electricidad, agua corriente o la eliminación de aguas residuales siguen ausentes en Acoma, por lo que los residentes restantes eligieron vivir en los pueblos cercanos donde estos servicios sí que están disponibles.


Escalera tallada en la roca para acceder al Pueblo de Acoma.


Camino que hoy en día conduce a la cima de Acoma.


Iglesia de la misión San Esteban Rey en Acoma.






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