La quema de la cabra de Gävle, en Suecia

Cada año, durante el Adviento, aproximadamente un mes antes de Navidad, la ciudad de Gävle, en Suecia, construye un cabra gigante de Navidad.

Y cada año, como si fuese una tradición, los pirómanos hacen todo lo posible por tratar de quemarla.

La cabra es una versión gigante de la cabra de Yule, que ha sido una tradición de la Navidad en Suecia y otros países escandinavos durante muchos siglos, aunque su origen se ha perdido en la historia.

La historia de la cabra de Gävle, por el contrario, se inició en 1966 como una forma de atraer clientes a los negocios y restaurantes de la parte sur de la ciudad. Desde entonces, la cabra de Gävle, también conocida como Gävlebocken, ha sido un símbolo de la Navidad construido cada año en el mismo lugar. También hay una tradición de larga duración para tratar de destruirla, año tras año, dando a la cabra una cierta cantidad de fama internacional.

Durante los últimos 50 años, la cabra se ha quemado en 37 ocasiones, ha sido golpeada, y un año incluso se arrojó al río. En 2016, la cabra Gävle ni siquiera duró 24 horas.

Solo para que quede claro, la destrucción de la cabra no es oficialmente parte de la tradición de Gävle, pero no todo el mundo es consciente de ello. En el año 2001, un turista americano, creyendo que la quema era un ritual legal, decidió prender fuego a la estructura, teniendo que pasar posteriormente 18 días en la cárcel.

La mayoría de las veces, el hecho es cometido bajo la oscuridad de la noche y los autores logran escapar. Hasta la fecha, solo cuatro personas han sido identificadas o condenadas por actos de vandalismo hacia la cabra.

La ciudad de Gävle ha intentado proteger a este símbolo navideño con vallas metálicas, guardas y cámaras de seguridad, pero todo ha sido en vano. Las cámaras han sido hackeadas, los guardias sobornados y las vallas sobrepasadas furtivamente. A veces, los Comerciantes del Sur (el grupo que financia la construcción de la cabra) pueden reconstruir la estructura después de los daños, pero únicamente sirve para que vuelva a ser destrozada.

Hasta el momento, parece ser que igual de tradición es construir la cabra como quemarla.


La cabra de Gävle, durante uno de sus pocos momentos de tranquilidad.






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