La Rinconada, la ciudad más elevada del mundo

En lo más alto de los Andes peruanos, muy por encima de la última línea de árboles, se encuentra un antiguo campamento de extracción de oro que, a lo largo de los años, ha crecido tanto que actualmente cuenta con la categoría de ciudad. Más de 30.000 personas viven en esta ciudad montañosa a cinco kilómetros de altura, siendo el asentamiento humano más elevado del mundo.

La Rinconada es están tan elevada que su condición climática se asemeja a la de la costa occidental de Groenlandia, a pesar de estar a tan solo 14 grados del ecuador. Los veranos son húmedos y los inviernos secos; los días son fríos y las noches, congeladas. La temperatura media anual de La Rinconada es de 1,2°C.

En realidad, La Rinconada tiene más en común con un asentamiento que con una ciudad propiamente dicha. No hay carreteras, ni agua y tampoco sistema de eliminación de aguas residuales. Las casas están hechas de láminas de hojalata sin ningún tipo de aislamiento. Todos los hombres trabajan en las minas, mientras que las mujeres venden bienes, buscan oro entre las rocas o hacen dinero a partir de la prostitución. El suelo, el aire, el agua y la nieve de La Rinconada, están contaminados. Y sí, la Rinconada realmente es una ciudad, pero parece ser una de las más pobres y tristes del mundo.

A diferencia de otras ciudades mineras, La Rinconada no es propiedad de empresa alguna. Por el contrario, casi todas las minas que operan aquí son "informales", o en otras palabras, ilegales. No hay una administración y no hay leyes. Nada entra en el desarrollo de la ciudad. La economía no está regulada. La mayor parte del oro que sale de la montaña va directamente al mercado negro.

Más extraño aún es que exista una empresa minera (Corporación Ananea) operando en algunas minas, pero que no paga salarios a sus trabajadores. En cambio, operan bajo un sistema de trabajo arcaico llamada "cachorreo". Bajo este sistema, los empleados trabajan durante treinta días sin pago, y en el día treinta y uno, se les permite llevarse tanto mineral de lo que puedan cargar sobre sus cansados hombros. No hay manera de saber la cantidad de oro que la roca puede contener, y, a menudo, contiene muy poco. Sin embargo, miles de personas trabajan durante todo el mes con la esperanza de conseguir una buena cantidad de oro a final de mes.

A día de hoy, los mineros siguen acudiendo a la región. Entre 2001 y 2009, La Rinconada dobló su población.






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