El arte de pintar fachadas a mano en Somalia

Muchas empresas y comerciantes de Somalia, que es una de las naciones más pobres del mundo, no pueden permitirse lujos como carteles retroiluminados o carteles de vinilo para anunciar sus productos y servicios. En su lugar, confían en los artistas locales para decorar sus escaparates.

La baja tasa de alfabetización requiere que estos letreros pintados a mano se acompañen con representaciones visuales de los productos que venden.

Si se visita cualquier ciudad o pueblo importante en Somalia, uno se puede ver abrumado por estas obras de arte, cientos de ellas en colores vibrantes y saturados que adornan las paredes de pequeñas tiendas, barberías y restaurantes. Una tienda de comestibles tendrá todo tipo de alimentos y bebidas, tanto como lo permita el espacio, pintados en la pared.

La clínica de un dentista en Mogadiscio, por ejemplo, está decorada con murales de bocas abiertas, de todas las formas y tamaños, que muestran dientes blancos brillantes.

También hay murales de aparatos electrónicos, repuestos de vehículos, productos de belleza y servicios de cambio de divisas. Los profesores de inglés, por su parte, anuncian sus conocimientos con un enredo de citas extrañas llenas de errores gramaticales y ortográficos.

Los carteles pintados a mano ganaron gran popularidad durante la década de 1990, cuando Somalia se vio envuelta en una guerra civil después del derrumbe de la dictadura militar del país en 1991. Los artistas que no podían vender sus pinturas después del estallido de la guerra civil ofrecieron su talento a las empresas locales.

Muawiye Hussein Sidow, un muralista en Mogadiscio (capital de Somalia), lleva pintando fachadas de la ciudad desde 1998. El dinero que gana lo utiliza para alimentar a su esposa y sus tres hijos. También cuida a su padre, quien fue otro reconocido artista. Sidow, que firma bajo el sobrenombre de "Shik Shik", también enseña a otras personas a pintar para que puedan ganarse la vida. Él es responsable de obras de arte en más de 100 tiendas y supermercados en Mogadiscio. Sidow espera algún día poder plasmar su arte en países vecinos.