Ataúdes colgantes de China: misterios del Yangtsé

Los misteriosos ataúdes colgantes de China salpican los acantilados del río Yangtsé.

El sur de China cuenta con paisajes espectaculares repletos de ríos, montañas, bosques y altos acantilados. Esta región también alberga uno de los misterios históricos más antiguos de China: los ataúdes colgantes del río Yangtsé. Los expertos asocian estos peculiares cementerios con los habitantes de Bo, quienes comenzaron esta tradición hace unos 3.000 años.

hanging coffins

Increíblemente, muchos de estos ataúdes están suspendidos en abruptos acantilados, mientras que otros se sitúan en grietas a una altura de hasta 130 metros del suelo. Durante décadas, los científicos trataron de determinar por qué los habitantes de Bo practicaron estos rituales funerarios y cómo lograron colocar los ataúdes en lugares tan difíciles de alcanzar.

¿Quién creó estos cementerios colgantes?


6391. Hanging Coffins, Sagada

La evidencia más antigua de ataúdes colgantes en China proviene de antiguos registros con más de 3.000 años en la provincia de Fujian. Desde allí, esta práctica se extendió a otras áreas del sur de China, principalmente a las provincias de Hubei, Sichuan y Yunnan. Los expertos sospechan que los ataúdes fueron colgados por representantes de la minoría Bo, pues su cultura apareció casi al mismo tiempo que los ataúdes. Posteriormente, estas personas y sus prácticas desaparecieron de la historia al final de la dinastía Ming. Existen indicios de que la dinastía Ming acabó con los habitantes de Bo. Sin embargo, todavía se está discutiendo exactamente de dónde vino Bo y qué les sucedió.

¿Por qué el pueblo Bo prefería los cementerios rocosos?


Ataud colgante Bo China

Existen varias teorías sobre por qué Bo decidió ubicar a sus muertos lejos de las áreas residenciales principales, haciéndolo principalmente a lo largo de acantilados escarpados frente al agua. Todas ellas están asociadas con antiguas creencias espirituales. El deber a la familia, o la "piedad filial", era una parte integral de las culturas asiáticas.

También hay evidencias de que el culto a los antepasados ​​se remonta miles de años atrás. Históricamente, muchos chinos prefirieron mantener a sus seres queridos cerca de sus familias para que pudieran cuidar fácilmente de los restos y rendirles homenaje más asiduamente. De esta manera, también cuidaban sus espíritus. Se dice que un espíritu contento y feliz regresaba con menos frecuencia para "perseguir" a los vivos.

Ataud colgante

Sin embargo, el pueblo Bo era diferente. Ubicaron a sus parientes muertos en lugares remotos. Algunos eruditos creen que cuanto más alto se ponía un ataúd, más respeto recibía el fallecido y más agradaría a los muertos. Así, si los vivos pudiesen hacer feliz al espíritu de sus antepasados, entonces los espíritus darían bendiciones a quienes vivieran.

Más cerca del cielo


6390. Hanging Coffins, Sagada

En la antigüedad, muchas personas creían que los espíritus divinos vivían en la naturaleza (como en las rocas y el agua). Según Guo Jing, los picos de las montañas también eran lugares favorables debido a que estaban más cerca del cielo. Guo Jing dijo que, para los habitantes de Bo, las rocas sirvieron como una escalera al cielo, mientras que los ataúdes sirvieron como un puente hacia la otra vida.

Mejor preservación del cadáver


Hanging coffins

Otra teoría sugiere que Bo eligió los acantilados como tumbas por razones prácticas, que también se basan en la creencia en la vida futura. Los cuerpos de los seres queridos fallecidos debían conservarse lo mejor posible, sin interferencias y con la menor cantidad de descomposición. Esta práctica garantizaba la inmortalidad del espíritu en la próxima vida. Por lo tanto, era importante proteger a los muertos de animales y personas que podrían dañar o robar el ataúd. Los ataúdes y tumbas colgantes en las rocas estaban ventilados, secos y sombreados, y estas condiciones disminuían la velocidad de descomposición. Por el contrario, el entierro en el suelo, con humedad y organismos, conduciría a una descomposición mucho más rápida.

Construcción del cementerio colgante


Hanging Coffin on Shennong River

Para la fabricación y suspensión de ataúdes se requirió gran cuidado, habilidades y riesgo. Por lo tanto, este tipo de tumbas podrían reservarse para la élite y los ricos. El profesor Lin Xiang, de la Universidad de Sichuan, encontró en 1979 un ataúd en un acantilado en el río Danning. La longitud del ataúd era de unos 2 metros. Su investigación mostró que la madera era de un tipo especial llamado nanmu. Este árbol podía crecer hasta 40 metros de altura y su madera era muy densa y resistente a la descomposición. Los constructores cortaban el árbol por la mitad y vaciaban el interior. Posteriormente usaban una mitad para albergar el cadáver y la otra como la tapa para el ataúd.

6388. Hanging Coffins, Sagada

Los ataúdes se instalaron en tres tipos de colocación a lo largo de las rocas: en vigas de madera, que sobresalen de paredes verticales de piedra, en cuevas naturales o grietas y en salientes rocosos a lo largo de la pared. La altura varió de 10 a 140 metros sobre el suelo. Juntos, un cadáver y un ataúd podían pesar fácilmente más de 100 kilogramos. La cuestión de cómo llegaron exactamente los ataúdes a lugares y alturas tan difíciles ha sido un tema de controversia durante décadas.

A continuación se presentan tres teorías principales...

Una teoría sugiere que Bo construyó rampas de tierra (como si de la construcción de una pirámide se tratase) que sirvieron como senderos a lo largo de los acantilados. Luego el ataúd fue llevado a lo largo de aquellos caminos. Sin embargo, muchos expertos ignoran esta idea, ya que la cantidad de mano de obra necesaria para construir rampas era incompatible con una pequeña población rural.

Otros sugieren que las personas que hicieron los ataúdes suspendidos usaron herramientas para escalar, además de utilizar pilares o andamios montados en los lados de las rocas. Sin embargo, no hay evidencias de esta práctica.

Por último, el hallazgo de numerosas cuerdas sí que fue una prueba de cómo pudieron haber movido los ataúdes. Además, los científicos descubrieron bastantes metros de cuerda en algunas cuevas. En muchos casos, parece que Bo bajó los ataúdes a sus lugares asignados desde la cima del acantilado. Otros científicos creen que también podrían haberlos elevado desde el nivel del suelo.

Cultura desaparecida


ataúdes colgantes

Puede haber muchas razones de naturaleza espiritual y práctica para colgar ataúdes a lo largo de las rocas del río Yangtsé. Esta práctica desapareció rápidamente después de que Bo desapareciese hace unos 400 años. Desde entonces, muchos de los ataúdes colgantes más accesibles fueron robados. Además, varios fueron destruidos. Sin embargo, a día de hoy muchos de ellos siguen intactos, escondidos en cuevas y grietas... ¡y se rumorea que contienen una gran cantidad de riqueza!






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