Baconao: dinosaurios y revolución en Santiago de Cuba
La ciudad de Santiago de Cuba es conocida como la "Cuna de la Revolución".
La ciudad sureña ganó parte de su fama al convertirse en el lugar de la incursión de Fidel Castro en el Cuartel Moncada el 26 de julio 1953. Y aunque aquel asalto de 135 guerrilleros llevó al arresto de Castro, es aceptado como el comienzo de la Revolución cubana.
Con este marco nacionalista, el Parque Baconao, a 20 kilómetros de Santiago de Cuba, se ha desarrollado como un microcosmos de la historia y la cultura de Cuba. En el parque, a veces, aunque las atracciones parecen no tener relación e incluso son un poco extrañas, todas recuerdan etapas de gloria del pasado de Cuba.
Uno de los aspectos más destacados del parque es el Valle de Prehistoria, compuesto por varias hectáreas de vegetación tropical que son habitadas por 200 dinosaurios itinerantes del Período Jurásico. Agregando un toque de extrañeza a la exhibición, hay que decir que estos dinosaurios fueron construidos por presos de una prisión local.
Moviéndose cronológicamente a lo largo de la historia, el parque también cuenta con una exuberante laguna y un pueblo típico de los taínos, un pueblo precolombino del Caribe. Los visitantes pueden acercarse al pueblo taíno y tomar bebidas en un bar antes de darse un chapuzón en una playa cercana. Junto con una gran variedad de historia natural, Baconao también tiene una colección de 2.500 modelos de automóviles en miniatura y un museo dedicado al ataque a Moncada.
Las atracciones de Baconao, las cuales se reparten a lo largo de las 84.600 hectáreas del parque y atraen a miles de visitantes al año, siempre se enfocan hacia la revolución. Granjita Siboney, una pequeña granja en el parque, es el lugar donde Fidel y sus rebeldes planearon su movimiento del 26 de julio. La granja incluye artefactos de los rebeldes, como armas, uniformes y lo que el sitio web turístico de Santiago de Cuba describe como "innumerables recuerdos de aquellos días".
Baconao está lleno de un misterio sin revelar y un fuerte orgullo cubano y sentido de nacionalismo. No está claro cómo estas ideas se relacionan exactamente con los automóviles en miniatura y los modelos de dinosaurios, pero miles de visitantes de toda Cuba lo entienden y lo aprecian.
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