Betsiboka: el río rojo de Madagascar

La imagen que veremos a continuación del estuario del río Betsiboka, en el noroeste de Madagascar, proporciona una evidencia tentadora de una catástrofe que ha afectado a esta pequeña isla en el Océano Índico durante los últimos cincuenta años.

El color rojo brillante de los cauces en forma de medusa y los bancos de arena del medio, son el resultado de sedimentos ricos en hierro que fluyen desde las colinas circundantes durante las fuertes lluvias y se depositan en la boca del río. Se estima que hasta 400 toneladas de tierra por hectárea se mueven cada año durante la temporada de lluvias, llegando al río Betsiboka y dejando profundas garganta. Los astronautas que tomaron esta fotografía comentaron que parece que Madagascar estaba «desangrándose».

La deforestación ha sido durante mucho tiempo un problema para Madagascar, ya que es uno de los sitios de conservación de la biodiversidad más importantes del mundo. Aquí viven gran cantidad de especies endémicas que dependen de la cubierta forestal de la isla, la cual se está perdiendo rápidamente. El aislamiento de Madagascar del continente africano durante millones de años ha preservado y producido miles de especies de plantas y animales que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra. Nueve de cada diez especies de plantas y animales que se encuentran en Madagascar son endémicas. Esta gran cantidad de especies únicas hace de la deforestación una gran amenaza para la biodiversidad global.

En los últimos dos mil años, Madagascar ha perdido más del 90% de su bosque original. Esta pérdida de bosques se debe en gran medida a una práctica agrícola tradicional de tala y quema importada a Madagascar por los primeros pobladores. Típicamente,un área de la selva tropical se corta y se quema para convertirla en campos de arroz. Después de un año o dos de producción, el campo se deja sin uso durante 4-6 años antes de que se repita el proceso. Después de un par de ciclos de este tipo, el suelo se agota de nutrientes y en él no se puede cultivar más. Posteriormente se abandona y se elige una nueva área de la selva.

De esta manera se deja la tierra estéril colonizada únicamente por la vegetación de matorral, lo que la hace propensa a la erosión y los deslizamientos de tierra. El problema empeoró después de la década de 1950 como resultado del aumento de la producción de café para la economía de la isla.


Una de las profundas gargantas dejadas por la erosión en Madagascar.

Además de las prácticas agrícolas tradicionales, la tala ilegal y la quema de madera ha resultado en una pérdida dramática de la selva tropical.

«Con una población de 14 millones de personas y creciendo, Madagascar está bajo una enorme presión para satisfacer las necesidades de su gente y aún preservar el medio ambiente natural«, afirmó la NASA. «Los científicos temen que la limpieza rápida y adicional de los bosques de la isla para cultivos comerciales como el algodón y el tabaco ponga en peligro el hábitat de las muchas especies de plantas y animales únicos de la isla, al tiempo que crea problemas de erosión del suelo que afectan la calidad del agua y la futura productividad de las tierras agrícolas».









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