Bannerman, un castillo en ruinas en el río Hudson

Un castillo en ruinas que se puede ver hoy en día en el río Hudson fue una vez un lugar de almacenamiento para el excedente de municiones militares.

A unos 80 kilómetros al norte de Nueva York, a apenas 100 de metros de la orilla este del río Hudson, hay una pequeña isla rocosa llamada Pollepel. En ella se albergan las ruinas del castillo Bannerman, simbolizando los restos de un poderoso imperio.

Francis Bannerman nació en Dundee, Escocia, en 1851, y emigró a los Estados Unidos a la edad de tres años. Mientras vivía y asistía a la escuela en Brooklyn (Nueva York), Francis comenzó a recolectar y vender chatarra del puerto. En 1865, a la edad de 14 años, Francis fundó su propia compañía para vender excedentes militares.

El negocio, llamado Bannerman's, pasó de vender chatarra y municiones a barcos completos que Francis compró en las subastas de la Armada. Algunas mercancías notables vendidas por Bannerman incluyeron cañones de la Batalla de Yorktown, cajas sin abrir de uniformes de la Guerra Civil y reliquias de la expedición del Almirante Perry al Círculo Ártico. Sus clientes iban desde la industria cinematográfica estadounidense a Buffalo Bill. Regimientos enteros del Ejército de Estados Unidos confiaron en Bannerman durante la Primera Guerra Mundial. Se estima que el 50% de los cañones conmemorativos colocados en áreas públicas en todo Estados Unidos se compraron a través de Bannerman.

Con un apetito insaciable por el crecimiento, Bannerman compró el 90% del excedente del ejército de Estados Unidos después de la guerra entre España y Estados Unidos, parte del cual se recuperó del hundido USS Maine. Se adquirieron tantos equipos y municiones en esta transacción que las leyes de la población obligaron al empresario a buscar almacenamiento fuera de los límites de la ciudad. Afortunadamente para Bannerman, su hijo David llegó, en canoa por el Hudson, hasta la isla Pollepel. En 1900, la familia compró la isla como lugar de almacenamiento seguro y, un año después, comenzó la construcción de un castillo y residencia de estilo escocés.

Los diseños de los edificios elaboradamente decorados fueron redactados por el propio Bannerman, pero a los constructores se les permitió interpretar estos diseños por su cuenta. Casi toda la construcción se completó sin la ayuda profesional de arquitectos, ingenieros o contratistas. Y aunque la mayoría de los edificios servían de almacenamiento para el inventario de la empresa, un castillo más pequeño en la parte superior de la isla fue construido como la casa de verano de la familia. Mientras el Sr. Bannerman comenzó a decorar la casa con artículos de su colección excedente, la Sra. Bannerman embelleció los caminos y terrazas con flores y otras plantas, algunas de las cuales aún se pueden ver en la actualidad. Con las palabras "Arsenal de la isla de Bannerman" fundidas en letras grandes en uno de los lados del castillo, el edificio también sirvió como una gran publicidad para el negocio.

La construcción se detuvo con la muerte de Bannerman en 1918 y la isla experimentó una historia turbulenta desde entonces. Apenas dos años después, 90 kilos de proyectiles explotaron, destruyendo buena parte del complejo. Sin embargo, la familia continuó utilizando la residencia hasta la década de 1930. El desastre volvió a ocurrir en 1950 cuando una tormenta causó el hundimiento del transbordador Pollepel, que daba servicio a la isla.

En 1957, el último superintendente de la propiedad se retiró y la isla quedó vacante durante las siguientes tres décadas, a pesar de haber sido vendida al estado en 1967. Un incendio devastador y sospechoso ardió durante tres días en el verano de 1969, dejando gran parte de las estructuras en ruinas. Vándalos, intrusos y negligencias han contribuido al estado actual de decadencia de la isla.

Otra tragedia se produjo en abril de 2015, cuando Vincent Viafore fue asesinado por su prometida, Angelika Graswald, en lo que al principio pareció ser un accidente de kayak. Habiendo contratado previamente un seguro de vida de su pareja, ella procedió a manipular su kayak para provocar el ahogamiento de su pareja.

Isla de Pollepel y castillo de Bannerman.

Sin embargo, desde principios de la década de 1990 se están realizando intentos para preservar la isla de Pollepel y el castillo de Bannerman, permitiendo así al público apreciar su valor cultural e histórico. La organización quiere recuperar todos los edificios de la isla, muchos de las cuales han perdido sus pisos internos y paredes no estructurales.