Ruinas del castillo de Batenburg en Güeldres, Países Bajos

El castillo de Batenburg, conocido localmente como Kasteel Batenburg, se encuentra en el pueblo del mismo nombre, Batenburg, a menos de 20 kilómetros de la ciudad de Nimega, en la provincia de Güeldres en los Países Bajos.

En cuanto al origen del castillo de Batenburg hay varias teorías. La primera afirma que el castillo fue fundado por un príncipe guerrero de Batavia que dejó su tierra natal junto con muchos de sus guerreros para establecer su cuartel general en este sitio. Otra teoría dice que en este sitio se fundó una fortificación junto con un templo romano dedicado al dios Marte.

Sin embargo, no se han encontrado pruebas que aporten veracidad a ninguna de estas dos teorías.

Lo más probable, y la teoría más extendida, es que en este lugar existiera un torreón de piedra ya en el siglo XII sobre el que se desarrolló posteriormente la fortaleza.

Se cree que fue alrededor del año 1300 cuando un miembro de la familia Van Bronckhorst-Batenburg comenzó la construcción del castillo de Batenburg.

El castillo original de la familia Van Bronckhorst-Batenburg fue parcialmente destruido en 1497 por las tropas de Albert van Saksen. Posteriormente se restauró reforzando su muralla circular con una puerta de entrada, flanqueada por dos torres de vigilancia, y tres torres residenciales adicionales.

En 1503 el castillo de Batenburg fue sitiado por Carlos de Egmond, duque de Güeldres, y parte de las defensas del castillo fueron nuevamente destruidas. Después de la reconstrucción, la fortaleza fue nuevamente atacada en 1540 por una expedición proveniente de la ciudad de Nimega.

Unos años más tarde, durante un bombardeo en 1568 llevado a cabo por las tropas de Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, la parte más antigua del castillo se derrumbó.

Alrededor de 1600 el castillo fue reconstruido por Maximiliaan van Bronckhorst-Batenburg-Steyn y, bajo las órdenes del conde Joan van Hoorn, fue restaurado y amueblado con gran esplendor.

Alrededor del año 1700 el castillo de Batenburg pasó a manos de los Condes de Bentheim-Steinfurt y, para aquella época, la fortaleza dejó de estar habitada de manera permanente.

En 1795 se selló el triste destino del castillo, cuando invasores franceses incendiaron el edificio. El castillo de Batenburg se quemó por completo.

Nunca más se reconstruyó y sus ruinas comenzaron una nueva vida como cantera de piedra para materiales de construcción baratos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, las ruinas del castillo fueron confiscadas por el Estado y, en 1953, vendidas a la fundación "Amigos de los Castillos de Güeldres". A partir de entonces las ruinas sufrieron varios procesos de consolidación.