Castillo de Castelgrande en Suiza

El castillo de Castelgrande se encuentra en la ciudad de Bellinzona, en el cantón del Tesino, en Suiza.

Junto a la muralla que protege la ciudad y los dos castillos vecinos de Montebello y Sasso Corbaro, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 2000.

Ocupando la cima de una colina rocosa en el centro de Bellinzona, el castillo de Castelgrande se convirtió en la primera fortificación famosa en la ciudad. La historia de la aparición del castillo tal y como lo vemos hoy tiene sus raíces en la Edad Media, aunque desde mucho antes ya existían asentamientos en este lugar. Durante varias excavaciones arqueológicas realizadas en la parte sur de la colina, se descubrieron algunos restos de la antigua muralla de la fortaleza con una puerta que data de la segunda mitad del siglo IV.

Se cree que la primera fortaleza de Castelgrande fue construida durante el reinado del emperador Augusto en el año 15. Después de la caída del Imperio Romano, la región de Tesino se unió al reino de los lombardos. En aquel entonces, el castillo de Castelgrande se usó como un punto de referencia para el control de la región y sobre las rutas de actividad comercial desde el centro de Europa hasta el Adriático y el Mediterráneo.

El interior del castillo albergó una guarnición con el fin de resistir con éxito la invasión de las tribus vecinas, de los francos y de Alemania.

Castillo de Castelgrande visto desde el Castillo de Montebello.

Alrededor del año 744 los francos tenían el control del valle de Tesino, incluyendo Bellinzona. Para entonces, se alojaron en la capilla del castillo y mejoraron sus cuarteles. Sin embargo, una parte del castillo fue destruida, presumiblemente debido a un incendio que estalló cerca del año 800.

En el período del Imperio Romano, el emperador Otón III entregó Bellinzona como un regalo al obispo del municipio. Más tarde, el emperador Enrique II restringió este regalo, otorgándole al obispo únicamente la propiedad del castillo (conocido como el Palacio del Obispo) y no la propiedad de la ciudad.

Durante los siguientes cuatro siglos, el castillo de Castelgrande estuvo principalmente bajo la jurisdicción de Milán. A partir de fuentes escritas de este período, se supo que en ese momento el territorio de Castelgrande se dividió en tres patios y contenía un gran número de edificios. Lamentablemente la mayoría de ellos fueron demolidos por orden del Duque de Milán ya en el siglo XV.

Durante los siglos XIV-XV se llevó a cabo una intensa labor en la mejora de la capacidad de defensa del castillo. Se mejoró la muralla y se añadieron refuerzos externos adicionales.

Torre Negra (izquierda en la imagen) y Torre Blanca (derecha en la imagen).

En los patios delimitados por murallas destacó la Torre Negra (Torre Nera) con una altura de 28 metros. Al este se situaba otra alta y delgada torre, Torre Blanca (Torre Bianca) con altura de 27 metros, la cual data del siglo XIII. Su base rodeó el edificio rectangular del palacio episcopal del castillo. La creación del palacio pertenece al siglo XII, aunque probablemente se basa en estructuras más antiguas de los siglos X y XI.

Frente al palacio, en el lado sur, se ubicó un conjunto de edificios que se construyeron en dos etapas (entre los siglos XII y XV) y también es probable que se levantasen sobre la base de edificios anteriores.

Torre Blanca.

La influencia de Milán sobre el castillo terminó en el año 1499, cuando fueron invadidos por el ejército francés de Luis XII. Francia se hizo con Bellinzona y, por temor a ataques suizos, dejó en Castelgrande una guarnición en el año 1000.

Torre Negra.

En enero del año 1500 aumentó la insatisfacción de los residentes locales ante los franceses que ejercían su poder sobre la ciudad. El 14 de abril del 1500, para protegerse de los posibles ataques, Bellinzona se unió a la Confederación Suiza. Y aunque no había necesidad de defenderse de los suizos, en Castelgrande todavía se mantuvo una pequeña guarnición y artillería.

Después de 1803 Bellinzona se convirtió en parte del cantón del Tesino y sus castillos pasaron a ser propiedad del Estado. En contraste con las fortalezas vecinas de Montebello y Sasso Corbaro que llegaron a principios del siglo XX en un estado ruinoso, Castelgrande fue utilizado por las autoridades del cantón como una prisión y más tarde como un almacén para el arsenal del ejército. En 1881, el gobierno trató de vender Castelgrande pero no encontró compradores.

Torre Negra (izquierda) y Torre Blanca (derecha).

El siglo XX fue una época activa en cuanto a investigaciones arqueológicas en el castillo de Castelgrande. En las excavaciones en la parte sur del patio no solo se encontraron restos de asentamientos prehistóricos, sino también se hallaron artefactos romanos y un pozo medieval.

También se descubrieron lápidas, probablemente pertenecientes al cementerio de la iglesia parroquial de San Pedro. Entre la Torre Negra y la Torre Blanca se encontraron los restos de la pequeña iglesia de San Miguel. Entre 1983 y 1989 se llevaron a cabo trabajos de reconstrucción del complejo tras los cuales el castillo de Castelgrande se abrió al público.

En el interior del castillo se encuentra actualmente un museo dedicado a la historia de la actividad humana en la colina de Castelgrande desde tiempos prehistóricos. En su colección hay objetos de todas las épocas, desde el Neolítico hasta nuestros días. Entre ellos, hay obras de arte del Imperio Romano y antiguas monedas de Bellinzona.

Terraza del restaurante de Castelgrande.

El edificio del antiguo arsenal del siglo XIX, hoy en día es un restaurante que ofrece a sus visitantes un espacio con una hermosa vista del valle circundante.

Castillo de Castelgrande en el mapa

Recorriendo el Castillo de Castelgrande