Castillo de Heidelberg, en Alemania

El castillo de Heidelberg, situado en la ciudad de Heidelberg, en el estado alemán de Baden-Württemberg, es uno de los monumentos históricos y culturales más importantes de Alemania. Las románticas ruinas del castillo continúan atrayendo visitantes desde el siglo XIX.

La parte más antigua que sobrevive del castillo de Heidelberg es el ala de Roberto III (Roberto del Sacro Imperio Romano Germánico, 1352-1410), en la que todavía hay una magnífica chimenea. Los ángeles que adornan la entrada se consideran el signo distintivo del arquitecto. Otra parte sobresaliente es el ala de Otón Enrique del Palatinado, construida al estilo del Renacimiento holandés.

Heidelberg fue el primer castillo en Alemania que tuvo un diseño exterior cuidadosamente pensado. Sus cuatro plantas están decoradas con un total de 16 figuras alegóricas que representan al electorado imperial. La parte mejor conservada del castillo es el ala de Friedrich, cuya fachada está decorada con las estatuas de los electores.

Heidelberg Castle

A principios del siglo XVII, el elector Federico V, creó un jardín verdaderamente mágico llamado Hortus Palatinus en las inmediaciones del castillo. En aquella obra, Federico V quiso encarnar uno de los conceptos creativos del Renacimiento, como la recreación, por parte de las manos humanas del Jardín del Edén bíblico. Durante algún tiempo, Hortus Palatinus incluso fue considerado como la octava maravilla del mundo, y esto a pesar del hecho de que nunca se completó.

Jardín Hortus Palatinus
Jardín Hortus Palatinus en su auge antes de ser destruido, junto a la mayor parte del castillo, por los franceses.

 

Historia del castillo de Heidelberg


Castillo de Heidelberg

Hasta nuestros días, la fecha exacta de la fundación del castillo es controvertida. Lo que sí se sabe es que el nombre "Heidelberg" aparece por primera vez en un documento del año 1196. La primera mención de Heidelberg como un castillo (en la crónica se usó la palabra del latín "castrum") es de 1214. Durante los siguientes cuatrocientos años, el complejo del castillo evolucionó constantemente, convirtiéndose en la sede de una de las cortes reales más brillantes de Alemania.

Heidelberg Castle

Entre los famosos castillos reales de Alemania, se destaca el castillo de Heidelberg porque no fue construido "de golpe", sino en etapas durante un largo período de tiempo. Cada uno de los gobernantes del electorado del Palatinado añadió nuevos edificios a la residencia. Entre las adiciones más destacadas se encuentran las del emperador Roberto III, Ludwig V y Otón Enrique del Palatinado. La parte más antigua del castillo data de la década del 1400 y es, como comentábamos al principio, obra del antiguo emperador alemán Roberto III.

Heidelberg Castle III

Durante el reinado de Ludwig V (1508-1544), Heidelberg recibió la visita del famoso teólogo alemán e inspirador ideológico del movimiento reformista Martín Lutero. El hermano de Ludwig V, Palatine Wolfgang, mostró al huésped un castillo que posteriormente sería descrito por Lutero como un edificio de entusiastas y de gran belleza.

Heidelberg Castle - Heidelberg

El mayor legado creativo encarnado en los elementos del castillo de Heidelberg se produjo durante la época de Federico V del Palatinado. En 1613, Federico V se casó con la princesa inglesa Isabel Estuardo. Él amaba inmensamente a su esposa, e incluso inmortalizó su declaración de amor en la "Puerta de Isabel", hecha en piedra, que servía de entrada principal al legendario jardín "Hortus Palatinus".

Este jardín mágico consistía en un sistema de dos terrazas, en el cual se colocaron coloridas fuentes, estanques y pintorescas grutas, mientras crecían plantas exóticas provenientes de diversas partes del mundo.

Father Rhein Fountain, Hortus Palatinus, Heidelberg Castle
Fuente que se conserva del antiguo jardín Hortus Palatinus.

En 1619, los protestantes que se rebelaron contra el Sacro Imperio Romano ofrecieron la corona de Bohemia a Federico V. A pesar de la premonición de una gran guerra, Federico aceptó la oferta. Para el castillo de Heidelberg, esto tuvo consecuencias trágicas. A partir de ese momento, la construcción del castillo se completó y, poco después, se sucedieron una serie de ataques y daños a la estructura del complejo.

Heidelberg

Después de la muerte del hijo de Carlos I (el elector Carlos II), el rey de Francia Luis XIV exigió la renuncia del título de la princesa reinante del Palatinado, la duquesa Isabel Carlota del Palatinado. A finales de septiembre, las tropas francesas invadieron el Palatinado y el 29 de octubre ingresaron en el castillo de Heidelberg.

En una guerra dirigida contra varios países de Europa, los franceses se dieron cuenta de que no podrían defender eternamente el área de Heidelberg y sus alrededores, por lo que decidieron destruir todas las fortificaciones del Palatinado para que no pudieran ser utilizadas por sus enemigos. El 2 de marzo de 1689, los franceses prendieron fuego al castillo de Heidelberg y volaron su torre principal.

HEIDELBERG

En 1690 el nuevo gobernante del Palatinado, Johann Wilhelm, procedió a restaurar las murallas y torres del castillo. Cuando en 1691 y 1692 el ejército francés se acercó de nuevo a las puertas de Heidelberg, la defensa de la ciudad hizo frente con éxito a sus ataques. Pero los franceses no dejaron de intentar dominar este punto estratégicamente importante y, en mayo de 1693, realizaron otro ataque en el que sí tuvieron éxito. Sin embargo, en el castillo había solo una pequeña guarnición.

Los franceses no tardaron mucho en devastar toda la ciudad y los defensores del castillo se vieron obligados a rendirse. Esta vez los invasores franceses decidieron causar una destrucción más significativa en el castillo que en 1689, cuando abandonaron apresuradamente Heidelberg después de prenderle fuego. Con todo el tiempo del mundo, los franceses infligieron un daño irreparable al castillo.

Después de la guerra, los gobernantes del Palatinado pensaron en utilizar lo que quedaba de castillo para extraer materiales y construir un nuevo palacio. Sin embargo, esta idea fue abandonada debido a la falta de fondos. En 1720, el elector Carlos III Felipe de Neoburgo anunció la mudanza de su corte a Mannheim. Esta decisión fue, en primer lugar, debido a los conflictos religiosos.

El sucesor de Carlos III Felipe, Carlos Teodoro del Palatinado y Baviera, decidió devolver su corte a Heidelberg nuevamente. Sin embargo, en junio de 1764, después del impacto de un doble rayo en uno de los edificios del castillo, se inició un incendio en el mismo. Carlos Teodoro vio en esto un mal presagio, por lo que abandonó sus intenciones y volvió a Mannheim.

Heidelbergr

En 1777, el elector Carlos Teodoro del Palatinado y Baviera trasladó su corte de Mannheim a Munich. El castillo de Heidelberg finalmente perdió el estatus de residencia del gobierno y, ya desde 1767, el castillo era utilizado como una cantera de piedra para otras construcciones.

En 1803 las ciudades de Mannheim y Heidelberg pasaron a formar parte del estado de Baden. El gran duque de Baden, Carl Friedrich, estaba satisfecho con la expansión de su territorio, aunque la presencia de un castillo famoso pero abandonado en él se consideraba indeseable. El castillo continuó deteriorándose poco a poco. Los ciudadanos locales, para la construcción de sus propias casas, extrajeron piedra y hierro de los edificios destruidos del castillo. Este triste destino también le sucedió a muchas de las estatuas y elementos de decoración de la fortaleza.

Heidelberg Castle courtyard

En el siglo XIX, las ruinas del castillo Heidelberg se convirtieron en un lugar de peregrinación para muchos artistas famosos. Un conocido pintor inglés, que dejó gran cantidad lienzos con imágenes de castillos, William Turner, permaneció varias veces en Heidelberg para capturar su imagen romántica. En sus obras, Turner, al igual que sus seguidores, no trató de transmitir los detalles reales con certeza, sino que siempre confió en su propia visión del paisaje, por lo que en sus pinturas, el castillo se eleva sobre una colina mucho más alta de lo que realmente es.

heidelberg castle

Años después, el castillo fue salvado por Charles de Greenberg, quien hasta 1822 era un guardián voluntario del castillo. Mucho antes de que la protección de los monumentos históricos se convirtiera en un asunto de Estado en Alemania, fue la primera persona que, a diferencia del gobierno de Baden, no fue indiferente al destino de las majestuosas ruinas del castillo de Heidelberg.

A través de los esfuerzos de Charles de Greenberg se lanzó la primera guía ilustrada del castillo y los primeros turistas llegaron a la ciudad para visitar la fortaleza. Pronto las actividades de Gremberg interesaron al público alemán.

Los habitantes de Heidelberg no tardaron mucho en preguntarse si el castillo debería ser restaurado completamente, algo que fue discutido durante bastante tiempo. En 1868, el novelista alemán Wolfgang Müller von Königswinter argumentó a favor de una reconstrucción completa.

Heidelberg Castle

En 1890 se estableció una comisión para la restauración que incluía especialistas de toda Alemania. La comisión llegó a la conclusión de que no era posible una restauración completa del castillo, por lo que se decidió restaurar la parte quemada, pero no la destruida ala de Federico V, cuya reconstrucción se realizó entre 1897 y 1900.

Heidelberg

En el siglo XX, la popularidad del castillo de Heidelberg como una atracción histórica única creció constantemente. El castillo comenzó a ser visitado por turistas de casi todas partes del mundo y, a comienzos de este siglo, el número anual de turistas que llegaba a Heidelberg era de aproximadamente tres millones.

Además del interés como monumento de la historia y la arquitectura, el castillo de Heidelberg se ha convertido en un lugar popular entre los recién casados. En la capilla del castillo, se celebran unas cien ceremonias de boda al año.

Castillo de Heidelberg en el mapa







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