Este circo soviético abandonado se está restaurando lentamente a su gloria de la era comunista para que los moldavos puedan volver a disfrutar de sus espectáculos.
El Circo Estatal de Chişinău, en Moldavia, fue inaugurado oficialmente en el año 1981 y, desde aquel momento, se convirtió en un prolífico lugar del entretenimiento visitados por cientos de personas que buscaban espectáculos de equilibristas, trapecistas, funambulistas, domadores…
El circo tenía una capacidad para 1900 espectadores y en aquella época, fue el auditorio más grande del país. Artistas de circo de Bielorrusia, China, Finlandia, Alemania, Rusia, Ucrania… actuaron en Chişinău y, en su mejor momento, dio cabida a 57 conciertos en un periodo de tiempo de un año.
La independencia moldava y la introducción de una economía de mercado conjueron, inicialmente, a una inflación rápida que dio lugar a una grave crisis económica. Aún así, hoy en día, Moldavia es el país más pobre de Europa, a pesar de que la economía se ha recuperado y está creciendo de manera constante. Con aquellas circunstancias, no había lugar para un circo y el lugar fue abandonado en 2004.
Afortunadamente, una década después, el 30 de mayo de 2014, el circo de Chişinău volvió a la vida. Un largo proceso de restauración financiado principalmente por el Ministerio de Cultura se había estado desarrollando durante años y finalmente permitió abrir un pequeño espacio en el edificio. Ahora, un anfiteatro con capacidad para 300 personas presenta espectáculos que incluyen payasos, gimnastas, acróbatas y animales exóticos.
Después de haber sido olvidado durante una década, el Circo Estatal de Chişinău está volviendo lentamente a la vida, restaurando su gloria pasada y trayendo alegría y entretenimiento a una nueva generación de moldavos.