Clink, la prisión más antigua de Inglaterra, en Londres

Es la prisión más antigua de Inglaterra. Se conoce como "Clink" y siglos atrás se utilizó para encarcelar a los deudores y a los malhechores.

Se cree que su nombre deriva del sonido que hace el metal cuando se cerraban las puertas de las celdas, o del ruido de las cadenas que usaban los prisioneros.

El Clink se fundó en la orilla sur del Támesis a mediados del siglo XII, en una zona conocida como "Liberty of the Clink", la cual fue otorgada al obispo de Winchester, William Gifford, por los recién establecidos reyes normandos.

En 1109, Gifford mandó construir el conocido como "Winchester Palace" (palacio de Winchester) o "Winchester House". Este palacio permanecería durante más de 500 años como residencia de los obispos cuando estaban en Londres. Dentro del palacio había celdas que se usaron para encerrar a monjes, sacerdotes y otros miembros del clero que habían violado los códigos eclesiásticos...

Y así surgió el "Clink".

Esta prisión se consideró necesaria, ya que los miembros del clero eran inmunes al castigo según la ley civil. La responsabilidad de castigar a tales malhechores recaía así en el obispo.

¿Qué es el Clink?

El "Clink" es realmente el nombre que se le dio a todas las prisiones que se levantaron en varios sitios la antigua vecindad de "Liberty of the Clink". La primera de aquellas prisiones fue la del palacio de Winchester, en 1127, y la última fue Deadman's Place (Park Street).

El Clink albergó a mártires religiosos protestantes y católicos en varios momentos. Tuvo su fin en 1780, cuando los anticatólicos de Gordon se revelaron y prendieron fuego a los edificios.

Castigos en el Clink

Por ley, a un arzobispo se le permitía usar varios tipos de castigo, como flagelación con varas, confinamiento solitario o servir solo pan y agua, lo que conducía a una desnutrición severa y finalmente a la muerte.

Con el tiempo, el Clink se hizo famoso por las elaboradas torturas infligidas a sus prisioneros. Un método popular de tortura era usar grilletes y hierros para evitar que los prisioneros se durmieran. Otro tipo de castigo era obligar a los prisioneros a estar de pie en el agua hasta que se les pudrieran los pies.

Por otro lado, las mujeres que fueron declaradas culpables de adulterio, eran atadas a un poste y colgadas sobre una olla de aceite hirviendo.

En general, los prisioneros fueron tratados con mucha dureza. Los castigos eran despiadados.

Sobornos

Sin embargo era posible comprar algunas comodidades básicas sobornando a los carceleros, quienes "alquilaban" mejores celdas, camas, ropa de cama, velas y combustible a cambio de algo de dinero.

La comida y la bebida se cobraban al doble del precio fuera de la prisión. Y a cambio de una tarifa, a los presos se les permitía salir a mendigar o incluso a trabajar.

La corrupción estaba tan extendida que incluso era posible administrar un burdel desde el interior del Clink, y los pagos iban a los carceleros. El dinero también permitía a los prisioneros privilegiados evitar el poste de flagelación, así como otras torturas e indignidades.

Ataque y reconstrucción de la prisión

No es de extrañar que el Clink fuera muy odiado por los habitantes de la ciudad, así que cuando los alborotadores que protestaban por el recientemente establecido Estatuto de los Trabajadores se volvieron violentos, algunos de ellos atacaron Winchester Palace, liberaron a todos los prisioneros y asesinaron a los clérigos.

Luego, los alborotadores quemaron el palacio y la prisión.

Después de sofocar la rebelión, se reconstruyó y amplió la prisión, haciéndola aún más fuerte y cruel. Incluso en el exterior de la prisión se instaló una jaula para castigar públicamente a los alborotadores, a los vendedores de alcohol y a los panaderos que vendían pan de baja calidad, entre otros.

Cuando María I subió al trono en 1553, usó el Clink para encarcelar a los protestantes. Los prisioneros pasaban hambre. Y los que no morían de hambre eran ejecutados más tarde. Cuando la reina Isabel asumió el poder, continuó usando la prisión para la persecución religiosa, pero esta vez los católicos fueron los receptores de los castigos, junto con los protestantes puritanos.

En 1584, los puritanos planearon derribar el edificio. Así, cuando Isabel se enteró, ordenó que se ejecutasen los tratos más duros de la prisión, y decenas de puritanos murieron de hambre en condiciones inhumanas. Algunos de los que sobrevivieron viajaron más tarde en el barco "Mayflower" a América en 1620.

Decadencia de la prisión

En 1649, Winchester Palace se vendió a un promotor inmobiliario y se dividió en tiendas, viviendas y tintorerías. El Clink permaneció, pero se convirtió principalmente en una prisión para deudores. La jaula que colgaba en el exterior se retiró cuando los contribuyentes se quejaron del coste de mantenimiento, pero el poste de azotes siguió en uso.

A principios del siglo XVIII, las instalaciones de la prisión se volvieron muy costosas y, en 1732, solo había dos reclusos registrados. La prisión finalmente se incendió en 1780 durante los disturbios de Gordon.

Durante su larga historia, el Clink albergó a muchos criminales de importancia histórica. Estos incluyen a Thomas Wyatt el Joven, quien se rebeló contra la reina "Bloody Mary" I, y John Rogers, quien tradujo la Biblia del latín al inglés durante el reinado de la mencionada Reina Católica Romana.

Ahora, en el sitio de la antigua prisión del Palacio de Winchester se encuentra el Museo de la prisión de Clink.