El Tren a Las Nubes, a 4.000 metros de altitud

Situado a 4.000 metros sobre el nivel del mar en los Andes, el Tren a Las Nubes (o "Train to the clouds") es uno de los ferrocarriles más altos del mundo.

Comienza su viaje desde la ciudad de Salta, en Argentina, a una altitud de 1187 metros, pasa por el Valle de Lerma, entra en la Quebrada del Toro y finalmente termina su viaje en el viaducto de La Polvorilla (4.200 metros). Durante el viaje de 16 horas, el tren viaja 217 kilómetros y sube la asombrosa cifra de 3.000 metros.

Atraviesa 29 puentes, 12 viaductos y 21 túneles, entre otros. El Tren a Las Nubes debe su nombre a las numerosas nubes que a menudo se ven bajo los puentes por los que pasa o en las laderas.

La ruta de este tren fue establecida en el año 1920 por el ingeniero estadounidense Richard Fontaine Maury, quien se puso al frente del proyecto. Diseñó un sistema singular con el apoyo de puentes, túneles, viaductos, espirales, zigzags... Los zigzags permitían al tren subir a las montañas en una conducción paralela a la pendiente. Maury no utilizó funiculares ni ruedas dentadas, que tan habituales son en pendientes pronunciadas, ya que confió en los zigzags para ganar altura.

El Tren a Las Nubes fue construido originalmente para servir a las minas de bórax de la zona, como transporte de mercancías desde la costa de Chile a través de las montañas de los Andes hasta el noroeste de Argentina. La ruta comenzó a aceptar turistas a partir de la década de 1970.

El tren sale temprano en la mañana desde la ciudad de Salta, atraviesa el Valle de Lerma, Toro Barranco y, por último, el gran territorio de la Puna. Tan solo hace dos paradas y son casi al final del viaje. La primera de ellas se hace en San Antonio de los Cobres, un casco antiguo con casas bajas y un pequeño mercado. Aquí se pueden encontrar pintorescos puestos que ofrecen artesanías, prendas de vestir y recuerdos para llevar a casa del viaje. La segunda parada y la final se hace en el espectacular viaducto de La Polvorilla. Este viaducto tiene 22 metros de largo y 70 de altura.

El tren se desliza a través del viaducto, no sin detenerse antes de poder cruzarlo. En la parada final, los viajeros pueden bajar del tren para sentir el aire puro y frío en la cara, caminar lentamente y obtener maravillosas fotografías.

El viaje de regreso a Salta se completa en la medianoche.