En medio del bullicio de la ciudad de Nueva York, en el corazón de Central Park, se rinde un homenaje en forma de estatua al querido clásico de los niños: Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.
Esta gigantesca y detallada estatua de bronce fue encargada por el filántropo local George Delacorte en honor a su esposa, Margarita, quien solía leer el libro de Alicia en el país de las maravillas y otras obras de Carroll para sus hijos. Las figuras fueron diseñadas por el escultor Jose de Creeft y creadas en la Fundición de Arte Moderno de Queens.
Alicia, la protagonista, está sentada encima de una seta gigante y se cree que la estatua es una imagen de la hija del diseñador, Donna. Los otros personajes del libro, como el Conejo Blanco, el Lirón y el Gato de Cheshire, se sitúan alrededor de Alicia. Por otro lado, se supone que la estatua del Sombrerero Loco es una caricatura del propio George Delacorte, quien encargó la obra.
Desde el momento en el que la estatua fue inaugurada en mayo de 1959, ha sido la favorita de los niños (y no tan niños) que visitan el parque y que disfrutan subiéndose en cada una de las figuras, las cuales fueron diseñadas con este propósito en mente.
«Jabberwocky» de Lewis Carroll, el poema favorito de Margarita Delacorte, está grabado alrededor de la estatua junto con otros fragmentos poéticos del autor, todos haciendo referencia a canciones de cuna y canciones infantiles de la época. El texto grabado que las audiencias modernas pueden reconocer más fácilmente es «Twinkle, Twinkle, Little Bat».
La estatua se encuentra en East 74th Street, al norte de Conservatory Water, en Nueva York.