Grammichele, la ciudad hexagonal de Italia

Cuando el Príncipe Carlo Maria Carafa, un gran erudito y humanitario, decidió fundar Grammichele en abril de 1693, nunca imaginó que su diseño urbano se convertiría en uno de los objetivos favoritos para los entusiastas de la fotografía aérea.

La ciudad hexagonal, obra maestra del urbanismo

El arquitecto Michele da Ferla contribuyó a hacer realidad la idea del Príncipe, revolucionaria para aquella época: una nueva ciudad con un plano enteramente hexagonal.

El proyecto era tan importante para el Príncipe que no estaba dispuesto a esperar: apenas 3 meses después del catastrófico terremoto que devastó Occhiolà, la antigua Grammichele, colocó la primera piedra de la nueva ciudad, permitiendo así el pequeño número de sobrevivientes del terremoto tuviera una lugar donde pudieran vivir con dignidad.

Lamentablemente, el Príncipe no pudo regresar a Grammichele después de que se completase la construcción de la ciudad y murió dos años después. Sin embargo, su estatua aún domina la plaza principal de la ciudad, rodeada por la gratitud de sus habitantes.

Grammichele es un ejemplo único en Italia de un plan urbanístico hexagonal, y se la conoce, literalmente, como "la ciudad hexagonal".

La plaza principal y sus monumentos

La elegancia de Grammichele es evidente no solo en el plan urbanístico que se ha mantenido intacto durante siglos, sino también en los hermosos monumentos que adornan la plaza principal, que lleva el nombre de su fundador (Piazza Carlo Maria Carafa).

El suntuoso Palazzo Comunale (Ayuntamiento) fue terminado a finales del siglo XIX por Carlo Sada, arquitecto del Teatro Bellini de Catania. Dentro del Ayuntamiento se encuentra el Museo Cívico, con una excelente colección arqueológica, evidencia de los antiguos orígenes del territorio y de la antigua ciudad de Occhiolà.

El museo también alberga la losa de pizarra original en la que Michele da Ferla grabó su innovador diseño para Grammichele.

El Palazzo Comunale se encuentra junto a la magnífica fachada barroca de la Chiesa Madre, dedicada a Santa Catalina de Alejandría y San Miguel Arcángel. Los dos monumentos parecen querer eclipsarse y, al mismo tiempo, abrazarse afectuosamente, como para apaciguar la eterna lucha entre el poder temporal y el espiritual.

Un imponente reloj de sol en el centro de la plaza marca la fecha y la hora, prefigurando otros seis relojes de sol ubicados en las calles principales que parten de la plaza principal y definen el hexágono.

Alrededor de la plaza principal hay elegantes edificios, cafés, restaurantes, tiendas para turistas y circoli ricreativi (clubes sociales), todos con el sabor siciliano de una historia de Montalbano.

Occhiolà, la ciudad antigua, antes del terremoto

Los ciudadanos de Grammichele cuentan con pasión la historia del nacimiento de su ciudad, pero nunca olvidan señalar los antiguos orígenes de Occhiolà, la ciudad destruida por el terremoto de 1693 que una vez dominó todo el valle que se extiende desde el Etna hasta Caltagirone.

Hoy en día la antigua Occhiolà es un sitio arqueológico de gran interés y debería formar parte de cualquier itinerario que incluya Grammichele. El sitio de Occhiolà contiene importantes evidencias de los asentamientos humanos que se establecieron desde el final de la Edad del Bronce hasta 1693. Entre los objetos encontrados durante las excavaciones se encuentra un belén con figurillas de terracota, una obra maestra de la artesanía que ahora se exhibe en el Museo Cívico de Grammichele.

Información útil

Parque Arqueológico de Occhiolà: ubicado a 2 kilómetros del centro de Grammichele. Las visitas son con cita previa. Admisión libre.

Museo Cívico: situado en Piazza Carlo Maria Carafa, dentro del Palazzo Comunale. Horario: De martes a viernes de 9:00 a 13:00. Martes de 15:30 a 17:30. Domingo de 9:00a 13:00. Entrada: 2,00€.