Hallsands, el pueblo que cayó al mar

La isla de Gran Bretaña se está empequeñeciendo poco a poco. Cada año, varios metros de tierra son arrastrados por las olas del Océano Atlántico y, cada pocas décadas, se pierde una aldea.

Desde la costa de Yorkshire, en el norte, hasta los icónicos acantilados de tiza en la costa sur de Inglaterra, el mar gana terreno constantemente. La costa de Holderness en particular, en la costa este de Inglaterra, justo al norte del estuario Humber, es una de las costas erosionadas más rápidas de Europa debido a sus suaves acantilados de arcilla y poderosas olas. Desde finales de la época romana, el mar se llevó unos cinco kilómetros de tierra, incluyendo al menos 23 ciudades y pueblos. En general, más de una cuarta parte de la costa británica experimenta erosión a tasas superiores de 10 centímetros por año.

Si bien la erosión costera es un proceso natural inevitable, a veces la actividad humana alimentada por la avaricia también puede causarla. Un ejemplo famoso de la erosión causada por los humanos es el pueblo costero ahora abandonado de Hallsands, en el sur de Devon. A comienzos del siglo XX, era el hogar de una pequeña comunidad pesquera con alrededor de cuarenta estructuras y una población de 160 habitantes. A principios de 1917, solo quedaba una casa. Pero la erosión de Hallsands no fue gradual. No abarcó varios años, como cuando ocurre naturalmente en pueblos construidos demasiado cerca de una costa erosionada. Fue algo abrupto: Hallsands desapareció durante el transcurso de una sola noche tormentosa.

Hallsands 1907

Hallsands se construyó en una cornisa rocosa bajo un acantilado, en la costa sur de Devon. Fue una ubicación segura. El mar no era demasiado despiadado y había una amplia playa de guijarros entre el pueblo y el mar que proporcionaba un amortiguador protector de las poderosas olas que venían del este. Incluso la Gran Ventisca de 1891, que azotó el sur de Inglaterra y hundió a docenas de barcos en el Canal de la Mancha, no causó daños a la pequeña aldea construida de forma precaria. Pero eso tendió a cambiar tres años después.

En 1894, la Royal Navy propuso ampliar el astillero naval de Keyham, cerca de Plymouth, en un proyecto que requeriría alrededor de 400.000 metros cúbicos de peidra. Se decidió que las piedras serían extraídas de Start Bay, justo al norte de Hallsands. El trabajo comenzó en abril de 1897 y pronto se extrajo un promedio de 1600 toneladas de material por día. El efecto de la operación se sintió en el pueblo de Hallsands casi de inmediato. La playa comenzó a perder su forma y nivel, lo que alarmó a los aldeanos, quienes pidieron intervención al gobierno. Se realizó una investigación, pero la empresa de ingeniería a la que se otorgó el contrato de dragado afirmó que la playa se reponía naturalmente con arena y piedras nuevas en cuestión de poco tiempo, por lo que el dragado continuó.

hallsands beach

Lo que no se entendía en ese momento, o tal vez entendido pero ignorado, era que las piedras en la playa de Hallsands fueron depositadas hace miles de años por el aumento de los mares después de la edad de hielo. No había existencias de piedras en ningún lugar que pudieran reemplazar las que se estaba extrayendo. Así que cuando se extrajeron las piedras, las olas y las corrientes simplemente chocaron directamente contra la playa con toda su fuerza, haciéndola más angosta y acercándose cada vez más al pueblo. La marea alta de primavera que se había mantenido a 20-30 metros de la aldea antes de comenzar el dragado, quedó a menos de un metro. En 1900, las grietas comenzaron a aparecer en las casas del pueblo.

Hallsands 12

Finalmente, la oposición de varios pueblos pesqueros también afectados por el dragado obligó a la Junta de Comercio a revocar la licencia de dragado en 1902. En estos cinco años, se habían extraído 660.000 toneladas de material.

Hallsands sufrió varios derrumbes. Una de sus casas públicas, llamada London Inn, perdió la cocina, un dormitorio y las bodegas. Un par de familias fueron reubicadas y la población cayó a 93 habitantes, para posteriormente hacer a 79 en 1906. También se levantó un nuevo malecón más fuerte. Tras aquello, los aldeanos creyeron que sus peores días habían terminado.

Pero lo peor estaba aún por llegar...

El 26 de enero de .1917, una violenta tormenta azotó la costa este con un fuerte viento del este que soplaba sobre el Canal de la Mancha. El viento huracanado provocó enormes olas en la inexistente playa y se estrelló contra las casas a la altura del techo. Las casas construidas en la cornisa se derrumbaron por completo, mientras que las situadas más altas fueron golpeadas por el viento, las olas y las piedras. Milagrosamente, los 79 aldeanos sobrevivieron. Al día siguiente, el sol ofrecía una vista devastadora. Muchas casas ya no existían. Dos días después, el 28 de enero, una alta marea destruyó el malecón, ya debilitado, y todo el pueblo, a excepción de una sola casa, la más alta de la aldea, la cual no tardó mucho en caer al mar.

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Tras varios años se realizó una investigación pero los informes nunca se hicieron públicos. La Junta de Comercio negó la responsabilidad, aunque finalmente acordó pagar 6.000 libras a cada aldeano como compensación.

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Hoy en día, existe una nueva aldea construida más arriba en el acantilado que domina la escena del desastre. Desde la plataforma de observación se pueden ver algunas de las ruinas de la antigua aldea que todavía sirven de recordatorio de la locura del hombre de entrometerse con las fuerzas de la naturaleza.

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Una placa en la plataforma de observación lleva el verso profético de un poema de John Masefield escrito quince años antes de la tragedia. En ella se lee:

Que sus miserables ruinas entonces,
aunque hundidas por completo,
mostrarán cómo la avaricia bruta de los hombres,
ayuda a alimentar el mar codicioso.

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Hallsands - damage

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South Hallsands
Hallsands hoy en día.

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