Iglesias de Isla Grande de Chiloé, en Chile
En la costa de Chile, un grupo de una treintena de islas que pertenecen al archipiélago de Chiloé forman una comunidad ferozmente independiente con su propia identidad distintiva, la cual es visible en el folclore, mitología, cocina y arquitectura única de los isleños.
Tan orgullosos están los isleños de su cultura que protestaron enérgicamente cuando el gobierno ofreció conectar estas remotas islas a la parte continental del país. Temían que este cambio, el cual habría supuesto la construcción del puente más largo de América Latina, erosionase para siempre la singularidad de su comunidad y "contaminara" sus tierras y agua.
Pero a veces el contacto con el mundo exterior es algo bueno, como lo demuestran las magníficas iglesias que se encuentran en la Isla Grande de Chiloé, en el archipiélago. Son una fusión de arquitectura europea e indígena.
El archipiélago fue descubierto por primera vez por los españoles a mediados del siglo XVI. A principios del siglo XVII, los jesuitas llegaron y, mientras hacían recorridos religiosos por el archipiélago, comenzaron a erigir iglesias de madera con la ayuda de un artesano local. El "diálogo e interacción intercultural" entre estos constructores de diferentes antecedentes geográficos y culturales dio como resultado estructuras únicas que no se encuentran en ningún otro lugar de las Américas.
El archipiélago de Chiloé llegó a contar con alrededor de 150 iglesias de madera. Hoy en día, menos de 70 sobreviven, de las cuales 16 han sido designadas sitios del Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Iglesia de Santa María de Loreto de Achao.
La iglesia de Santa María de Loreto de Achao, en la ciudad de Achao, fue construida alrededor de 1740 y es una de las iglesias tradicionales más antiguas de Chiloé.
Altar en el interior de la iglesia de Santa María de Loreto de Achao.
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