Las extrañas islas volcánicas de Galápagos

Las Islas Galápagos, frente a la costa de Ecuador, son históricamente conocidas por su asociación con Charles Darwin. En 1835, Darwin estudió las diversas especies que habitaban las islas y desarrolló su famosa teoría de la evolución a través de la selección natural. Es menos conocido que el motivo original por el que Darwin viajó a Galápagos fue estudiar la geología de las islas.

Islas Galápagos

Además de la fascinante fauna que inspiró la teoría revolucionaria de Darwin, este archipiélago también se jacta de formaciones de tierra increíblemente únicas. Justo debajo de la corteza terrestre en este lugar se encuentra el "hotspot" (punto caliente) de Galápagos. Un "hotspot" volcánico es una región de manto más caliente de lo normal que derrite la corteza terrestre, causando actividad volcánica.

Volcán Islas Galápagos

En el océano, la roca caliente y menos densa se eleva y el magma se acumula y se enfría, resultando en islas volcánicas por encima de la superficie del agua. Fue este proceso el que formó las Islas Galápagos hace millones de años. El viaje de Darwin lo llevó a descubrir no sólo la evolución, sino también la formación volcánica.

Rocas Bainbridge

Naturalmente, los volcanes de Galápagos son aún más "interesantes" que los volcanes "convencionales" que conocemos en el resto del mundo. Las rocas de Bainbridge, por ejemplo, son pequeños islotes de la isla de Santiago. Un cráter en uno de sus islotes contiene una piscina de agua de colores brillantes que resulta espectacular para los seres humanos y animales por igual (el agua turquesa llama la atención de los flamencos).

Rocas Bainbridge, Islas Galápagos (Ecuador)
Rocas Bainbridge.

La isla de Bartolomé, otro islote de Santiago, ofrece un magnífico paisaje rojo, naranja, verde y negro de rocas volcánicas. Los visitantes aprovechan las condiciones de escalada fácil de este lugar para obtener unas increíbles vistas del paisaje circundante desde lo alto del volcán.

Bartolome, Galapagos
Isla de Bartolomé.

Por otro lado, debido a su reciente actividad volcánica, la isla Fernandina es una visita obligada para aquellos que quieren investigar diferentes tipos de flujos de lava. Esta isla, al igual que Isabela, tiene una caldera inusualmente grande (una formación que resulta del colapso de una cámara de magma que se ha debilitado después de una erupción) que confunde a los geólogos.

Isla Isabela en Galapagos
Isla Isabela.

La geología de estas islas afecta no solo al paisaje, sino también a los tipos de animales que viven en él. Dado que las islas están tan aisladas unas de otras, hay muchas especies que son exclusivas de una isla en particular. La Española, una de las más antiguas de las islas, alberga su propia especie de lagartos de lava.

Galapagos - Española
Isla Española.

La isla de Floreana por su parte cuenta con un popular cono volcánico subacuático que hace las delicias de los "snorkelers" debido a sus formaciones coralinas y vida marina floreciente.

#Corales

El archipiélago de Galápagos consta de dieciocho islas diferentes, cada una con su propio aire geológico y biológico. Con una oportunidad sin fin de explorar los volcanes y observar la fascinante fauna, Galápagos es uno de esos sitios que deberíamos intentar visitar alguna vez en la vida.






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