Ivan el Terrible y la isla de Sviyazhsk

Cuando Iván el Terrible, el Gran Príncipe de Moscú y el primer zar de Rusia, ascendió al trono a mitad del siglo XVI, decidió poner fin al Kanato de Kazán, un estado medieval tártaro que ocupó el antiguo territorio de Bulgaria del Volga y que fue gobernado por los descendientes de Genghis Khan. Los kanatos y los moscovitas habían estado en conflicto durante los últimos cien años. La manzana de la discordia entre los dos era la ubicación estratégica de Kazan en el río Volga, cerca de su confluencia con el Kama, el río principal en las montañas del oeste de los Urales.

Entre 1545 y 1550, Ivan condujo varias campañas contra Kazán, la capital del Kanato, pero no pudo tomar la ciudad. Al regresar sin éxito tras no apoderarse de Kazán, en 1550, las tropas del zar acamparon en las orillas del Volga, cerca de la confluencia con el río Sviyaga, a unos 30 kilómetros de distancia de Kazán. Aquí fue donde Ivan vio un pequeño promontorio boscoso, por encima de las aguas en las orillas del Volga y se dio cuenta de que si quería llevar a cabo una exitosa campaña para apoderarse de Kazan, necesitaba una base más cercana a la ciudad desde la que pudiera lanzar sus ataques. El promontorio proporcionaría a Iván el lugar perfecto para su base. Era a la vez accesible y defendible, y su ubicación en el Volga le permitiría mantener bajo control los cursos de agua y las carreteras que conducían a Kazan.

Iván ordenó la construcción de una enorme fortaleza, pero no en el lugar que había descubierto. La construcción de una fortaleza en el promontorio justo delante del enemigo habría sido imprudente. La construcción tuvo lugar en Uglich, unos 700 kilómetros aguas arriba, donde los ingenieros de Ivan podrían diseñar cuidadosamente la fortaleza sin la amenaza persistente de un ataque enemigo, para posteriormente enviarla por partes al promontorio que Iván había visto.

Una vez diseñada y construida la fortaleza, varias embarcaciones cargadas de ladrillos fueron enviadas al promontorio que Iván había decidido, y allí, como si de bloques de Lego se tratara, se fue levantando un gran fuerte cuyo territorio superó el del Kremlin de Moscú. La fortaleza fue una ciudad en pleno derecho, con muros, torres, puertas, edificios civiles e incluso iglesias, y se completó en solo cuatro semanas gracias a su diseño prefabricado. Debió ser una magnífica fortaleza, porque muy pronto grandes segmentos de la población local empezaron a llegar a la nueva ciudad solicitando a Ivan darles la ciudadanía. A cambio, los locales juraban lealtad al zar.

Ivan nombró al nuevo pueblo de la isla "Sviyazhsk", la cual sirvió como un punto fuerte para la anhelada conquista que tenía en mente, y que concluyó con éxito. Después de la derrota de Kazán, Sviyazhsk continuó creciendo como un avanzado núcleo del cristianismo, además de centro cultural ruso entre los pueblos vecinos.

Los días oscuros de la historia de Sviyazhsk comenzaron en la primera mitad del siglo XX, después de la Revolución de Octubre. Los bolcheviques destruyeron la mitad de las iglesias de la isla. El resto de los edificios y monasterios se convirtieron en células de prisioneros de un campo de trabajo forzado y luego en una prisión. La culminación de la historia de Sviyazhsk llegó en 1957, después de la construcción del embalse de Kúibishev, cuando se inundó toda la zona de los alrededores. Más de tres cuartas parte de la población fue aniquilada, quedando únicamente el centro histórico por encima del agua. Sviyazhsk se convirtió en una pequeña isla, conectada al continente por una serpenteante carretera. Su población disminuyó de 2000 habitantes a unos 250.

Afortunadamente, en 1960, Sviyazhsk fue declarada como monumento de la historia y la cultura rusa, y se añadió a la lista de sitios del patrimonio mundial de la UNESCO. Ahora, la histórica ciudad está siendo revivida con la restauración de las iglesias antiguas y la construcción de nuevas casas. Los operadores de viajes también están promoviendo Sviyazhsk como destino turístico. La vida está consiguiendo poco a poco volver a la normalidad en esta isla 50 años después.

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