Kuching, la ciudad de los gatos

La ciudad de Kuching, en el estado de Sarawak en Malasia, está llena de gatos. Hay gatos en las aceras, en las señales de tráfico, en los parques, en las rotondas y en los tejados.

Pero a diferencia de otras ciudades, la mayoría de la población felina de Kuching es en forma de estatuas y esculturas instaladas por sus habitantes, obsesionados por estos animales.

Esta obsesión por los gatos se plasma en el nombre de la ciudad. Se cree que "Kuching" puede ser derivado de la palabra malaya "kucing", lo que significa "gato", pero es igualmente probable que el nombre provenga de "cochin", una palabra china para referirse a "puerto". Otros creen que el nombre se deriva de una fruta llamada "mata kucing", la cual crece en Malasia e Indonesia.

La historia local también sugiere que la ciudad fue nombrada después de contar con un pequeño arroyo que corría a lo largo de la ciudad, llamado "Sungai Kuching", o "Cat River" en inglés. Aquella corriente de agua ya se secó y se edificó en su lugar.

El estado de Sarawak fue una vez parte del Sultanato de Brunei, hace unos 200 años, pero como recompensa por la ayuda para sofocar una rebelión, fue cedida al aventurero británico James Brooke, que la gobernó como su reino personal. La Administración de Brooke le dio el estatus de protectorado bajo el gobierno de Rajah Charles Brooke.

Brooke administró su reino admirablemente, proporcionando un mejor sistema de saneamiento a los habitantes y mejoras que hasta entonces eran inexistentes, incluyendo un hospital, una fortaleza, una prisión y muchos otros edificios. La familia Brooke gobernó Sarawak hasta la ocupación japonesa en diciembre de 1941.

De acuerdo con una fábula que se cuenta con frecuencia en Kuching, cuando James Brooke llegó por primera vez a la ciudad, señaló hacia la población y preguntó a su guía local el nombre de la ciudad. El guía, pensando que Brooke estaba apuntando a un gato y preguntando su nombre, le respondió "Kuching".

La atracción más famosa de Kuching es el Museo del Gato, que contiene más de 4.000 artefactos entre pinturas y monumentos conmemorativos relacionados con estos felinos. Entre los muchos objetos expuestos, se incluye un gato momificado del antiguo Egipto, una galería de publicidad felina y las cinco especies de gatos silvestres que se encuentran en Borneo.

Otra leyenda local cuenta que, durante la década de 1950, cuando la gente de Borneo estaban muriendo de malaria, las autoridades extendieron una gran cantidad de insecticida DDT. Si bien este insecticida ayudó a combatir los mosquitos portadores de la malaria, también mató a un gran número de gatos de la isla.

La consecuencia de aquello fue que floreció la población de ratas, provocando varias plagas posteriormente. Para resolver el problema, Las Fuerzas Aéreas del Reino Unido llegaron a Kuching para exterminar todas las ratas, acompañados de 14.000 gatos para la repoblación en una misión conocida como "Operation Cat Drop".






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