El lago Frying Pan, en Waimangu, Nueva Zelanda

El lago Frying Pan, en Waimangu, Nueva Zelanda, es una de las mayores piscinas de agua caliente en el mundo. Sus aguas ácidas se mantienen en unos 50-60 grados centígrados durante todo el año, además su superficie permanece oscurecida por el vapor, dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno, burbujeando constantemente.

El lago nació de una gran erupción volcánica en 1886, cuando entró en erupción el Monte Tarawera, formando varios cráteres de muy grandes dimensiones en la zona. Fue la mayor erupción en Nueva Zelanda desde la llegada de los europeos. La erupción no solo destruyó muchos hitos geográficos preciosos como las reconocidas terrazas rosadas y blancas, sino que también dio al Valle Waimangu ​​muchas características hidrotermales y geotérmicas que vemos hoy en día.

Durante los 15 años posteriores a la erupción, se formaron fuentes termales permanentes en el valle de Waimangu. El géiser más grande del mundo, el géiser Waimangu, estuvo soltando agua a una altura de 40 metros durante cuatro años. Por su parte, los cráteres llenos de agua de lluvia y de agua subterránea, se calentaron para formar piscinas de agua caliente. El lago Frying Pan es una de esas piscinas, aunque no fue hasta que otra gran erupción se produjo en 1917 en el Echo Crater, cuando el lago alcanzó su forma y tamaño final.

Frying Pan cubre 38.000 metros cuadrados y tiene una profundidad media de 6 metros. En su orilla occidental hay coloridas terrazas de sinterización, y en el este existe un gran cráter que quedó cuando el géiser Waimangu cesó su actividad. Hay también delicadas formaciones de sílice y depósitos de minerales de colores en toda la zona circundante del lago.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir