Salto de esquí de Bergisel y un mirador perfecto en Innsbruck, Austria

Desde lejos, el salto de esquí de Bergisel podría asemejarse a un platillo volador con luces parpadeantes sobrevolando las afueras de Innsbruck y, además, con una larga rampa desplegada para que los propios extraterrestres pudieran tocar tierra firme.

Sin embargo, lo que realmente se encendió aquí fue la llama olímpica. Y en dos ocasiones: 1964 y 1976.

Introducción

El conocido como Salto de esquí de Bergisel, o Bergiselschanze, no es solo una instalación deportiva, sino también un lugar popular entre locales para caminar: desde una altura de 50 metros sobre el pico de la montaña del mismo nombre, los habitantes de Innsbruck admiran las vistas de postal de su ciudad natal, la cordillera Nordkette y el valle Intal.

En Bergisel se puede tomar un café en una acogedora cafetería, ver el entrenamiento de los atletas durante la temporada o, simplemente, pasar un buen rato en el aire fresco de la montaña.

Historia

¿Dónde celebrar competiciones de deportes de invierno mejor que en Austria? Y especialmente en su región más nevada, fría y hermosa del Tirol...

Las primeras competiciones de saltos de esquí se celebraron en las laderas del monte Bergisel en 1925, utilizando un trampolín de salto algo rudimentario y no del todo seguro. Cinco años después, se actualizó el diseño y, en 1933, el trampolín acogió el Campeonato Mundial de Esquí.

Antes de los Juegos Olímpicos de 1964, el trampolín de salto de Bergisel volvió a ser reconstruido y así permaneció hasta finales de los 90, cuando volvió a ser reformado y obtuvo su aspecto actual.

Trampolín actual

En 1999 y bajo los nuevos y estrictos requisitos internacionales para las instalaciones deportivas, el trampolín de Bergisel debía ser totalmente renovado. Aquel mismo año se abrió un concurso de diseño que fue ganado por la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid.

En 2002, Bergisel reabrió sus puertas a atletas y visitantes, brillando desde entonces con un diseño futurista.

Qué ver

La torre de Bergisel, desde la que saltan los esquiadores, está abierta al público.

La torre cuenta con un mirador, cafetería y restaurante. Desde aquí arriba cualquier visitante podrá contemplar el lugar exacto desde donde se lanzan los esquiadores y obtener unas magníficas vistas de Innsbruck, ya que el mirador está orientado directamente hacia la ciudad.

Las vistas a la montaña y la ciudad son de lo más destacado de Bergisel, a menos, por supuesto, que seas un esquiador profesional y vayas a deslizarte por la rampa.

La parte cubierta de la torre Bergisel, donde se encuentra la plataforma desde la que se saltan los esquiadores, cuenta con una cafetería y un restaurante a una altura de 50 metros desde la base del trampolín. Hasta aquí se puede subir en un elevador y ascensor en un par de minutos o superar 455 escalones con tus propios pies.

Desde Bergisel se abren vistas particularmente fantásticas al amanecer y al atardecer, por lo que ambos momentos son bastante buenos para una visita.

En invierno, Bergisel está a pleno funcionamiento, y en enero alberga la tercera etapa del prestigioso Torneo de las Cuatro Colinas. Durante verano Bergisel baja su ritmo, aunque los atletas continúan entrenando en ausencia de nieve.

Información práctica

Dirección: Bergiselweg 3, 6020 Innsbruck, Austria.

¿Cómo llegar? Se puede llegar con el autobús 4143 o con la línea de tren ligero TS desde la estación Hauptbahnhof.

Horario de apertura para acceder a la torre de salto de Bergisel: en invierno (noviembre a mayo) abierto todos los días excepto los martes de 10:00 a 17:00. Durante el resto del año, abierto todos los días de 9:00 a 18:00.

La colina de Bergisel cierra por competiciones y mantenimiento durante algunos días al año, por lo que es conveniente consultar con la Oficina de Turismo de Innsbruck o el sitio web de Bergisel para obtener más detalles de fechas exactas cada año.

Precio de la entrada: el precio para la entrada y subida a la torre es de 10€ para adultos y 5€ para niños. Este precio incluye el poder hacer uso del elevador y ascensor para acceder al punto más alto de la torre, donde se encuentra su mirador. Estos precios podrían variar según la temporada. El consumo en cafetería y restaurante de la torre se paga por separado.