Mussenden, un templo aferrándose a un acantilado, en Irlanda del Norte

Encaramado en el borde de un acantilado a 36 metros altura y con vista al Océano Atlántico, Mussenden Temple, cerca de Castlerock, en la costa noroeste de Irlanda del Norte, es un curioso edificio que no deja indiferente a nadie.

Fue construido en 1783 por Frederick Hervey, el 4º conde de Bristol, quien tuvo el placer de construir espléndidas mansiones en Downhill y Ballyscullion, para posteriormente llenarlas con preciosas obras de arte que adquirió en Italia y en otros lugares.

"Mussenden Temple & Benone Strand"

La historia cuenta que, una vez que estaba de vacaciones en Italia, Frederick Hervey se enamoró de un templo romano dedicado a la diosa Vesta. Hervey quiso comprar el templo y enviarlo a Irlanda para ser reconstruido en su propiedad. Pero el Papa se negó. El templo tenía al menos 2000 años de antigüedad y uno, simplemente, no puede llegar a Roma y comprar sus edificios históricos.

Mussenden Temple

Ofendido, Hervey regresó a su casa e instruyó a sus arquitectos a esbozar una copia del templo romano y construirlo al borde del acantilado. En aquel entonces, había suficiente terreno firme rodeando al templo. Sin embargo, la erosión de la pared del acantilado ha ido llevando poco a poco al templo Mussenden más cerca del borde. Ahora, hay muy poca tierra entre el edificio y el océano, que golpea debajo, dejando el edificio de Hervey en riesgo de caer al mar en cualquier momento.

"Mussenden Temple & Downhill Demesne"

Hervey dedicó esta locura a su bella prima, la señora Frideswide Mussenden, con quien el obispo compartió una relación platónica. Pero algunas personas se preguntaban si había más en la relación, y el escándalo era general. Se dice que la mortificación del escándalo afectó tanto a la frágil salud de Frideswide que sufrió una muerte prematura, incluso durante la construcción del templo dedicado a ella.

Mussenden Temple

Hervey eventualmente convirtió el templo en su biblioteca personal y también construyó una habitación debajo del edificio para que los sacerdotes católicos realizasen sus misas. El interior estuvo profusamente decorado con pinturas y las paredes revestidas con estanterías. Como dato curioso, hay que apuntar que un fuego que ardía constantemente en el sótano mantenía el edificio caliente y alejaba la humedad, de modo que incluso en un lugar tan expuesto, los libros nunca se humedecían.

Mussenden Temple, Downhill

Todo lo que queda hoy en día del templo de Mussenden es la estructura del edificio, siendo su dramática ubicación lo que convierte este lugar en un popular destino turístico a lo largo de la costa norte de Derry y Antrim.






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