Puente de las tetas en Venecia, Italia

En algún momento en el pasado distante, Venecia contó un concurrido barrio rojo en el corazón comercial de la ciudad: el área de Rialto Carampane.

La prostitución no solo era legal, sino que la ciudad la alentaba activamente. Aquellas mujeres trabajadoras, conocidas en toda Europa por su ingenio, encanto y elegancia, sabían cómo "controlar" a grandes grupos de hombres (hombres importantes y poderosos de su época, como banqueros, príncipes y comerciantes) impulsando el comercio en la ciudad.

San Agustín de Hipona llegó a decir "eliminad a las prostitutas de la vida humana y llenaréis el mundo de lujuria". Del mismo modo, el sacerdote italiano del siglo XIII, Santo Tomás de Aquino, declaró que "si se suprimiera la prostitución, las lujurias descuidadas derrocarían a la sociedad". De esta manera, Tomás de Aquino comparó la prostitución con las alcantarillas de un palacio: "Quita las alcantarillas y el palacio se convertirá en un lugar inmundo y maloliente".

La prostitución en sí misma se consideraba un mal, pero necesario, ya que ayudaba a proteger a las mujeres respetables de la pasión carnal incontrolable de los hombres, lo que podría conducir a pecados aún mayores como la violación, el adulterio, la masturbación, la sodomía y la homosexualidad. El último de estos "supuestos males" le dio a las autoridades venecianas grandes quebraderos de cabeza.

Puente de las tetas

La homosexualidad era considerada en aquella época una abominable maldad, por lo que una forma de lidiar contra ella, según los gobernantes de Venecia, era pedirles a las meretrices que se pararan en un puente en particular y expusiesen sus pechos. De esta manera, pretendían obtener la suntuosa vista de un puente lleno de senos que hiciesen que los hombres olvidasen la homosexualidad. Las prostitutas también se paraban en los balcones y ventanas cerca del puente y hacían alarde de sus pechos para atraer a los hombres homosexuales.

Ventanas Puente delle Tette

El poder atraer a homosexuales para tratar de "curar" esa supuesta perversidad, es la versión más extendida sobre el puente. Sin embargo, hay quienes dicen que todas aquellas mujeres estaban obligadas a enseñar los pechos sobre el puente para que los posibles clientes estuvieran seguros que eran realmente mujeres y no homosexuales travestidos.

Se desconoce con total seguridad cuál es la versión real (si es que realmente hubiese alguna), pero lo que sí se sabe es que desde entonces aquel puente es conocido como "Ponte delle Tette", o "Puente de las tetas".






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