Las salitreras abandonadas de Humberstone y Santa Laura

A 48 kilómetros al este de la ciudad de Iquique, en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, se encuentra los restos de dos grandes depósitos de salitre. Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, miles de trabajadores procedentes de Chile, Perú y Bolivia, vivieron y trabajaron en el ambiente hostil de uno de los desiertos más secos de la Tierra para extraer y procesar el nitrato de sodio, también conocido como salitre, que se utilizó para la producción de fertilizantes e, históricamente, para la pólvora.

Estos depósitos fueron explotadas por Bolivia, Chile y Perú desde la década de 1840. Una lucha entre estos países para el control de la rica región en nitrato, llevó finalmente a la Guerra del Pacífico (1879-1883), también conocida como la Guerra del Salitre, en la que Chile derrotó a Perú y Bolivia, y ganó una cantidad significativa de tierra de ambos países. Estos adquisición llevó a Chile a monopolizar prácticamente la totalidad de producción de nitrato natural. Por la década de 1890, Chile suministraba casi el 80% del nitrógeno utilizado en todo el mundo.


Instalación de procesamiento principal en Santa Laura.

En ese momento, más de 200 salitreras estaban en funcionamiento en el desierto de Atacama, todas las cuales estaban interconectadas por un sistema ferroviario moderno construido especialmente para este fin. Una docena de pueblos, como Chacabuco, María Elena, Pedro de Valdivia, Puelma y Aguas Santas, surgieron a partir de esta producción, y en ellos vivieron los trabajadores, "forjando una propia cultura, la cual se manifiesta en su lenguaje rico, su creatividad y su solidaridad", tal y como señala el sitio web de la UNESCO acerca de estos lugares.


Humberstone.

La Primera Guerra Mundial trajo cambios radicales, tanto en el lado de la oferta como en el de la demanda del mercado de nitrato en todo el mundo. El cambio más notable tuvo que ver con el cambio de consumo de nitrógeno de uso agrícola hacia la producción a gran escala de pólvora y explosivos. Antes de la guerra, Alemania fue el mayor mercado del nitrato de Chile, pero una vez que el comercio de rutas de salitre quedó bajo el control británico, el núcleo de las exportaciones de nitrato se movió hacia Gran Bretaña y otros países europeos, donde fue utilizado en la producción de municiones para la guerra.


Santa Laura.

Negado de salitre natural, Alemania intensificó la investigación en la producción de nitrato sintético que llevó a un avance crucial, cuando Fritz Haber (1868-1934) desarrolló el proceso de fijación de nitrógeno a través de amoniaco en 1913, por lo que la producción a gran escala de nitrógeno sintético fue económicamente factible. Este proceso, en combinación con el método desarrollado por otro científico ruso-alemán y Premio Nobel, Wilhelm Ostwald (1853-1932) para la conversión de amoníaco en ácido nítrico, llevó a Alemania a romper sus relaciones en cuanto a nitrato con Chile.

De esta manera, el desarrollo de nitrato sintético no solo se prolongó durante la guerra, sino que también se transformó en un mercado en auge. Por aquel entonces, la industria del salitre de América Latina comenzó a venirse abajo. Sobre la década de 1960, todas las minas quedaron abandonadas.


Humberstone.

Los pueblos fantasmas de salitreras de Humberstone y Santa Laura son hoy en día los mejor preservados. La zona industrial de la mina de Santa Laura tiene ruinas de aquellas antiguas instalaciones y equipos industriales, incluyendo el único cobertizo y molino de salitre que permanecen intactos hasta hoy. El sitio de Humberstone ha conservado sus viviendas, espacios públicos y edificios comunales de la ciudad. Ambos sitios fueron declarados Monumento Nacional en la década de 1970, y en 2005 fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por ser los "vestigios más representativos de una industria que transformó la vida de una gran proporción de la población de Chile" y "trajeron gran riqueza para el país".


Humberstone.


Teatro en Humberstone.

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