Escondido en el centro histórico de Praga, capital de República Checa, se puede encontrar una planta baja con una habitación llena de retratos deportivos, libros y curiosidades variadas. Se trata del museo Speculum Alchemiae, en el que incluso la piel del último oso negro que se cazó en las afueras de Praga yace en el suelo.
Sin embargo, el verdadero tesoro del museo está por descubrir…
La auténtica joya de Speculum Alchemiae se ubica tras una pequeña estatua en la biblioteca. Si la estatua se gira, una puerta secreta se abre hacia un estrecho pasadizo de escaleras que conduce a un laboratorio en un nivel inferior.
Este espacio subterráneo, redescubierto después de la gran inundación del año 2002, contiene el equipo y el crisol utilizado (supuestamente) para convertir el plomo en oro. Si miramos hacia arriba, en el techo cuelga un cocodrilo momificado al que los alquimistas solían referirse como un «dragón» para inspirar admiración a sus visitantes.
Si bien el museo es una recreación, un poco artificiosa, y el viaje a través de la puerta secreta hasta el sótano se realiza con un guía turístico, el poder visitar el laboratorio es realmente un inusual viaje en la historia oculta de Praga.
Este fue el lugar donde se llevaron a cabo experimentos ocultos a los ojos de la inquisición. En caso de emergencia, un túnel (cuyo comienzo se muestra durante la visita guiada) conducía directamente desde el laboratorio a un escape seguro en un bosque a las afueras de la ciudad…