Baños romanos de Bath, en Inglaterra

Los romanos dejaron atrás muchos milagros, entre los que se incluyen atracciones tan famosas como el Coliseo. Asimismo, también dejaron los baños romanos, uno de los mayores logros de aquella época.

Debido a su rico patrimonio e incalculable valor, al menos un millón de personas visitan cada año las termas romanas de Bath, en Inglaterra, siendo la atracción más popular en esta ciudad británica.

El edificio actual de las termas romanas de Bath, que representa los baños romanos, se completó en 1897 e incluye 4 áreas principales: el Museo, el Baño Romano, el Templo Romano y el Manantial Sagrado. El museo y los baños están abiertos al público. Sin embargo, a los turistas no se les permite ingresar al agua bajo ningún pretexto, pudiendo así preservar este increíble hito en la histórica ciudad de Bath.

Debido a la actividad geotérmica única, este lugar ha sido de gran importancia desde los tiempos de los celtas, quienes construyeron un santuario en honor de la diosa Sulis. El nombre romano de la ciudad de Bath sonaba como "Aquae Sulis". Y a pesar de que los propios romanos pensaban en la diosa Sulis como Minerva, su nombre real todavía se usó durante muchos años.

Entre los años 60 y 70 después de Cristo, se construyó un templo en el sitio del santuario en honor a Sulis Minerva y, durante los siguientes tres siglos, se dio forma lentamente a un complejo de termas romanas. Con los años, el complejo ha sido cambiado y ampliado significativamente.

El actual museo de Bath incluye una fascinante colección de artefactos romanos que ellos mismo arrojaron al agua sagrada, queriendo rendir homenaje a la deidad.

Naturalmente, las fuentes estaban llenas de monedas y joyas romanas, de las cuales más de 12000 están ahora cuidadosamente conservadas y expuestas a los visitantes. Otra exhibición importante es una cabeza de bronce dorado que representa a la diosa Sulis Minerva. La cabeza se encontró en 1727.

Sulis Minerva.

Numerosos murales y exhibiciones del siglo XIX de las termas están protegidas por cubiertas especiales de preservación para luchar contra los efectos adversos de la lluvia. Las exhibiciones, que se encuentran en el mismo templo, se conservan gracias a un moderno sistema de ventilación que mantiene un clima favorable.