Túnel de Guoliang, un desafío a la muerte
El pequeño pueblo chino de Guoliang contaba, años atrás, con un notable problema. En lo alto de las montañas Taihang, en la provincia de Henan, el único acceso a esta civilización eran unas empinadas escaleras estrechas incrustadas en la ladera de la montaña.
Estas escaleras eran, a menudo, llamadas las "escaleras del cielo". De ellas destacaban su peligrosidad. Eran muy resbaladizas y no contaban con ningún tipo de seguridad. Para los habitantes de Guoliang, el salir al "mundo exterior" era toda una aventura de riesgo.
A lo largo de los años, los 350 habitantes de Guoling solicitaron en repetidas ocasiones al gobierno la construcción de un camino en condiciones para conectar el pueblo con el exterior y así poder prescindir de las "escaleras del cielo". Sin embargo, las peticiones nunca llegaron a buen puerto.
Nadie parecía querer ayudar al aislado pueblo de Guoling, por lo que fueron sus propios habitantes quienes se pusieron manos a la obra.
El pueblo seleccionó a los 13 trabajadores más fuertes que tenían en ese momento, formando un equipo en el que se encontraba un ingeniero. Así, el grupo de trabajadores comenzó a tallar, centímetro a centímetro, un túnel en la roca, a un lado de la montaña, utilizando nada más que herramientas de mano, mucha paciencia y determinación.
En 1977, 5 años después de comenzar el colosal trabajo, los aldeanos habían logrado excavar 1,2 kilómetros de túnel, el cual tenía 5 metros de altura y 4 metros de ancho. Aunque fue toda una hazaña, un túnel de montaña excavado a mano obviamente no fue del todo seguro, de hecho, en muchos puntos del túnel, los pilares toscamente tallados se desmoronaban y había un constante riesgo de derrumbamiento. Durante la excavación, fueron varios los aldeanos que perdieron su vida.
Gracias a la labor de un grupo de valientes trabajadores, Guoliang pudo conectarse con el mundo exterior de una manera más sencilla, aunque, eso sí, desafiando contínuamente a la muerte.
El túnel, considerado en la actualidad como una de las carreteras más peligrosas del mundo, es lo suficientemente ancho para permitir el paso de coches e incluso de pequeños autobuses. El túnel se tuerce, gira y se sumerge en lugares impredecibles, dejando a los conductores que se atreven a adentrarse en él completamente aterrorizados ante las curvas ciegas y el peligro de derrumbe.
Bajada del túnel de Guoliang
Originalmente el túnel se excavó para permitir una comunicación conveniente de Guoliang con el mundo exterior pero, a día de hoy, se ha convertido en toda una atracción turística, lo que le da al pueblo una atención no deseada, pero algunos ingresos muy bienvenidos. Ahora hay hoteles y puentes que se han construido para excursionistas y viajeros, ya que el acceso al túnel no siempre está abierto por su peligrosidad.
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Admirable cómo el pueblo, viendo que el gobierno no atendía sus demandas, se abocó a construir ellos mismos su carretera a través de ese túnel, con herramientas rudimentarias,... ¿Y cómo es que un país con esas características haya soportado tantos años una dictadura comunista?... Quizás la respuesta es que vivir gobernados, más de dos mil años, por emperadores (dinastías) los acostumbró a vivir sometidos.