En toda Europa hay cientos de túneles subterráneos que no conducen a ninguna parte y sobre los cuales no se han encontrado registros históricos. Están situados sobre todo en el estado alemán de Baviera y en el país vecino Austria, donde se conocen por el nombre alemán «erdstall«, que significa «lugar debajo de la tierra». Localmente, también son llamados por varios nombres como «Schrazelloch» (que significa «agujero de goblin») o «Alraunenhöhle» (que significa «cueva de mandrágora»). Estos nombres reflejan las diversas teorías y leyendas asociadas con los misteriosos túneles.
Entrada al «erdstall» de Ratgöbluckn en Perg, Austria. Sus pasajes son lo suficientemente altos para el acceso turístico.
Un típico túnel «erdstall» es muy bajo, requiriendo que un humano adulto camine en posición inclinada. Algunos son tan pequeños que los exploradores tienen que ponerse de puntillas para acceder a ellos. También son muy estrechos, con un promedio de unos 60 centímetros de ancho. La mayoría de los túneles tienen más de 20 metros de largo, pero no más de 50.
Algunos túneles tienen más de un nivel, conocido como «schlupfe», el cual conecta un túnel superior con uno inferior. Los «schlupfe» son tan estrechos que una persona necesita arrastrarse por él, deslizando los hombros a través del agujero, para pasar de un nivel a otro. Un schlupfe también puede estar situado horizontalmente, conectando dos túneles del mismo nivel.
«Schlupfe» conectando verticalmente un túnel con otro.
Los túneles de erdstall también son conocidos por tener únicamente un estrecho punto de entrada oculto, sin más salidas. Las entradas a los túneles se encuentran a menudo en viejas cocinas de casas de campo, cerca de iglesias y cementerios, o en medio de un bosque. La atmósfera en el interior de los túneles es oscura y agobiante.
Estos túneles suelen terminar en una galería mucho más grande conocida como «schlusskammer» (cámara final). Los investigadores se han preguntado qué propósito podría haber tenido la cámara final. ¿Se usaba para almacenar alimentos? ¿Para ocultar a los aldeanos cuando sus casas eran atacadas por el enemigo?
«Schlupfe» conectando horizontalmente un túnel con otro.
A día de hoy no se tienen muchas pistas acerca de los ertstall. La mayoría de ellos están completamente vacíos y parecen estar limpios. Algunos contenían herramientas medievales y pesadas piedras de molino. Los análisis de dataciones por radiocarbono de artefactos recuperados desde el interior de los túneles indican que los erdstall datan del siglo X al XIII. Aunque un investigador austríaco, Heinrich Kusch, sospecha que algunos de los sistemas subterráneos podrían ser de hace 5.000 años.
Vídeo en el que se accede a un erdstall oculto en una iglesia de Kleinzwettl, en Austria.
Los túneles no muestran signos de minería. Son demasiado pequeños para ser utilizados como sótanos y demasiado agobiantes y oscuros como para servir de residencias. Tampoco son tumbas, ya que no se han encontrado restos humanos en ninguno de ellos. La única teoría sostenible es que eran escondites. Desafortunadamente estos supuestos escondites fueron bastante pobres, ya que no contaban con una segunda salida, lo que al enemigo le permitía cortar el flujo de aire y acabar con todo aquel que estuviese dentro.
Los túneles de erdstall se encuentran en toda Europa central. Solo en Baviera hay unos 700 túneles de este tipo. En Austria, hay alrededor de 300. Otros tantos más se ubican en Francia, España y Gran Bretaña. En total, se conocen unos 2000 túneles en Europa.