El abandonado Autódromo de Terramar-Sitges
Los "locos" años veinte fueron la última vez que la pista oval de Terramar, en San Pedro de Ribas, Barcelona (España), escuchó el rugido de los motores.
Se abrió el 28 de octubre de 1923 con una longitud de aproximadamente 2 kilómetros, pero la falta de pagos a los trabajadores por un imprevisto incremento de los costes de construcción llevó a los constructores a confiscar el dinero que se cobraba de entrada, dejando a los organizadores sin capital para pagar a los pilotos.
Esta desastrosa inauguración, a la que se sumaron las quejas por los exagerados peraltes (de 60 a 90 grados), condujo a la suspensión de la pista para eventos internacionales y, aunque algunos clubes automovilísticos locales organizaron algunas carreras más tarde, no tuvieron éxito y la pista se cerró totalmente en 1925.
Cuatro años más tarde de su cierre, el Autódromo de Terramar-Sitges pasó a manos de Morawitz, quien tras una gran inversión, permitió que en el año 1932 se celebrase una prueba correspondiente al Campeonato español de motociclismo de aquella temporada.
La pista cambió de propietarios unas cuantas veces a lo largo de los años, y a pesar de otro renacimiento efímero en la década de 1950 con algunas carreras de motos y coches, cayó en un estado de abandono y sirvió durante mucho tiempo como una granja de pollos y un lugar para pastar ovejas.
Rebaño de ovejas sobre la pista de Terramar-Sitges
El autódromo no ha visto ninguna intervención estructural en los últimos 90 años, pero se ha mantenido increíblemente bien, testimonio de la calidad de su construcción original. De hecho, a pesar de su degradación, Red Bull patrocinó un evento como una obra maestra en 2012, cuando los pilotos Carlos Sáinz y Miguel Molina pudieron rodar a una media de 170 kilómetros por hora sobre la deteriorada pista de Terramar a bordo de un Audi R8 LMS. Los pilotos españoles establecieron un récord no oficial de vuelta rápida al circuito en 40,6 segundos.
El Autódromo de Terramar-Sitges es propiedad privada y el acceso está restringido, siendo un lugar vallado. A día de hoy, la pista, cubierta de maleza y abandonada, se puede ver desde distintas partes de la C-246a entre Sitges y Villanova, detrás de la Urbanización Rocamar.
Desde hace un tiempo se rumorea que el propietario actual está buscando financiación para reparar el circuito y restablecer el Autódromo, pero solo el tiempo dirá.
En la actualidad, y bajo permiso del propietario, se permiten dar vueltas en el viejo Autódromo de Terramar-Sitges:
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