Así brilla la fuente de Neptuno en Gdansk, Polonia

Neptuno, que se encuentra frente a la Corte de Arturo en la plaza del ayuntamiento, es considerado el gobernante inmutable de Gdansk, así como su clara personificación.

Ya existía un pozo en este lugar desde mediados del siglo XVI, pero en contraste con la Corte de Arturo, magnífica y ceremonial, aquella oquedad parecía desagradable. La decisión de poner una exquisita fuente en su ubicación se tomó a principios del siglo XVII.

Fue Bartholomäus Schachmann, por aquel entonces alcalde de la ciudad de Gdansk y recién llegado de un viaje por Italia, quien quiso construir una fuente similar a las que había visto durante su estancia en Bolonia.

Creación de la fuente

El proyecto de la fuente fue llevado a cabo por Abraham van den Blocke.

El trabajo sobre la implementación de la idea comenzó en 1606 y, para 1615, todo parecía marchar sobre ruedas para su pronta inauguración. Sin embargo, sucedieron circunstancias imprevistas que retrasaron la finalización del proyecto: hubo superposiciones con el suministro de agua, la Corte de Arturo fue reconstruida, la Guerra de los Treinta Años, así como la muerte del propio Abraham en 1628.

Finalmente, la fuente de estilo flamenco se inauguró en octubre de 1633, aunque todavía no entró en funcionamiento. En aquella época Neptuno se convirtió en el símbolo más natural y característico para un puerto tan grande y ajetreado como lo fue el de Gdansk.

Un año después, ya en 1634, la fuente fue rodeada por una pequeña y hermosa valla decorada con las características águilas polacas en dorado. En marzo del mismo año comenzó a funcionar la fuente.

En 1761 Johann Karl Stender modificó la fuente, colocando en su base gran cantidad de figuras de monstruos marinos, lo que le dio un aspecto brillante y pegadizo en estilo rococó.

En 1930 el todas las águilas doradas fueron eliminadas por los nazis, en un intento de suprimir todo rastro de patrimonio polaco.

Neptuno y renovaciones

La figura de la deidad de la fuente de Neptuno fue creada en 1615 en Augsburgo, la segunda ciudad más antigua de Alemania después de Tréveris (Trier).

En 1945 la estatua de Neptuno fue sacada de la ciudad de Gdansk, junto con el resto de grandes detalles estructurales.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, la figura de Neptuno fue devuelta a su lugar. No fue hasta 1950 cuando comenzó una larga renovación de la fuente, que se alargó durante 6 años.

Las águilas fueron restauradas a su aspecto original en la valla de la fuente.

Entre 2011 y 2012 la fuente fue nuevamente renovada por completo, restaurando la escultura de Neptuno, la base, así como las comunicaciones subterráneas por agua y la retroiluminación.

Hasta ahora, la fuente entra en funcionamiento después de Pascua: esta costumbre se viene haciendo desde el siglo XVII. La fuente se apaga a finales de septiembre.

Dependiendo del ángulo desde el que se mire la fuente, puede parecer que el dios de los mares va a pisotear y patear a aquella persona que se sitúe bajo su tridente. Las mejores fotografías de la fuente se obtienen si se apunta desde abajo y se coloca también en el marco la alta torre del ayuntamiento.

Leyenda de Neptuno y oro en botellas

Según la leyenda, cuando finalmente apareció la fuente en la plaza del ayuntamiento de Gdansk, también conocida como Mercado Largo, causó un gran entusiasmo a la gente de la ciudad.

Miles de monedas de oro fueron arrojadas en sus aguas, por lo que se cree que el dios Neptuno se sintió complacido. Como gesto recíproco, se narra que golpeó su tridente en la superficie del agua y roció pequeñas partículas doradas de tamaño y forma similar a las escamas de los peces. ¡Desde entonces, aquellas partículas de oro (de 22 quilates) se encuentran en botellas de una popular bebida de la antigua comarca de Danzig.

Otra versión afirma que Neptuno no quedó satisfecho con las monedas arrojadas a su fuente, aunque esto suena algo menos creíble.

Y la secuela de la leyenda narra que, a la medianoche y bajo los golpes de las campanas, el dios del bronce cobra vida una y otra vez y rompe las monedas arrojadas a la fuente durante el día, para que las reservas de la costosa bebida con partículas de oro puedan seguir manteniéndose.