Isla Astola, la gema oculta de Pakistán

A unos 25 kilómetros de la costa de Baluchistán, en el Mar Arábigo, se encuentra una gran isla deshabitada de unos 7 kilómetros de largo y 2,5 kilómetros de ancho. Aquí, blancos acantilados rodean cálidas aguas turquesas.

La isla, conocida popularmente como Astola, y también como Jezira Haft Talar (Isla de las Siete Colinas), ha sido durante mucho tiempo uno de los secretos naturales mejor guardados de Pakistán. Esta isla, en gran parte virgen, tiene todas las características para lo que podría ser una escapada turística perfecta, sin embargo, gracias a su ubicación remota su exquisita belleza se ha mantenido intacta.

Para llegar a Astola hay que conducir siete horas desde Karachi a Pasni, un puerto marítimo en el Mar Arábigo, a unos 40 kilómetros de la isla de Astola. Desde allí, hay que tomar un barco para otras tres horas de travesía. En la isla no hay instalaciones, salvo un antiguo faro y una pequeña mezquita. Las personas que visitan la isla suelen acampar en la playa y practicar snorkel o buceo en alta mar.

Entre septiembre y mayo, la isla Astola se convierte en una base temporal para los pescadores continentales en busca de langostas, cangrejos y ostras. Este es el momento ideal para visitar Astola. Sopla una suave brisa durante todo el día y el color del agua y los patrones de la arena de la playa cambian con la marea. El agua es tan clara que se puede ver el fondo marino a una profundidad de aproximadamente 6 metros. De junio a agosto, durante la temporada de monzones, la isla de Astola se vuelve inaccesible en barco, ya que el mar se agitada demasiado.

La isla de Astola es mayormente estéril. Debido a la ausencia de agua dulce, no hay árboles, excepto algunos matorrales y arbustos. Sin embargo las aguas que rodean la isla cuenta con gran variedad de vida marina, como corales, delfines, ballenas y multitud de especies de peces. Sus playas también proporcionan zonas de anidación para muchas especies de aves, como cornetas, gaviotas y chorlitos, así como para la tortuga verde (Chelonia mydas) en peligro de extinción. Al menos una especie, la víbora escamosa (Echis carinatus astolae) es endémica de la isla.

Desafortunadamente, las actividades pesqueras, tanto legales como ilegales, han causado mucho daño a la ecología de la isla. Los pescadores arrojan basura y redes rotas en la costa que se enredan en los corales y los dañan. La gaviota cejiblanca (Ichthyaetus hemprichii) que tenía una importante colonia de cría en la isla, ha sido erradicada debido a la introducción de ratas. Además, los gatos que viven en la isla cavan nidos de tortugas y se comen los huevos y las crías.

En 2017 la isla de Astola fue declarada la primera área marina protegida de Pakistán. Sin embargo, el país aún tiene que elaborar un plan sobre cómo abordar el problema de la contaminación.

"Esta declaración se vio de manera positiva, pero la falta de un plan de gestión después de más de dos años y medio plantea dudas sobre la protección de la isla y la biodiversidad asociada que enfrenta múltiples problemas", dijo Muhammad Moazzam Khan, representante del Fondo Mundial para la Naturaleza de Pakistán, al periódico Dawn.

Ashiq Ahmed Khan, un conservacionista senior y experto en gestión de áreas protegidas, argumentó que el desarrollo de un plan de gestión para la isla de Astola llevaría tiempo. "Debemos tener en cuenta los aspectos socioeconómicos de los pescadores locales y los problemas relacionados con las necesidades de medios de vida", recordó Khan, y añadió que "las buenas prácticas deben ser promovidas y las malas prácticas deben prohibirse en Astola".

Por su parte, Babar Khan, director de vida silvestre en WWF Pakistán, cree que es posible proteger la ecología y la biodiversidad de la isla y al mismo tiempo promover el ecoturismo en la isla.