Spinalonga, una antigua isla de leprosos en Grecia

Justo al lado de la costa de Creta, en Grecia, existe una pequeña y deshabitada isla que llama la atención de miles de turistas al año. Aquí, durante más de medio siglo, algunos de los residentes más enfermos del país fueron secuestrados después de que se incautaran sus tierras y bienes.

Con el paso de los años, la isla de Spinalonga ha sido un lugar de exclusión. Cuando Creta era parte del imperio veneciano, la isla fue una fortaleza, la cual se levantó para proteger el Puerto de Olous. El fuerte permaneció en manos venecianas durante más de 40 años después de que el resto de Creta fuese conquistada por los otomanos, dando así una idea de cuán inexpugnables eran sus defensas. Los turcos otomanos ocuparon el fuerte desde 1715 hasta mucho después de la independencia griega, permaneciendo en el lugar hasta principios del siglo XX.

Sin embargo, en 1903, la isla se convirtió en algo completamente diferente: una colonia de leprosos. Cuando se cerró en 1957, fue el último lugar de hacinamiento de enfermos en Europa.

En la época en la que se fundó la colonia de leprosos de Spinalonga, la enfermedad se consideró incurable. Las víctimas fueron encerradas en la isla, lejos de la sociedad, para proteger a los sanos. En su apogeo, en 1933, vivían en la isla alrededor de 1000 pacientes.

En 1936, un estudiante de derecho de Atenas conocido como Remoundakis, llegó a la colonia después de ser diagnosticado con lepra. Joven y altamente educado, Remoundakis fundó la Hermandad de los Enfermos de Spinalonga, que abogó por mejores condiciones de vida para los residentes de la isla, incluyendo la capacidad de dirigir sus propios negocios. La isla tuvo entonces su propia iglesia, una escuela e incluso varios cafés.

La cura para la lepra se descubrió en 1948 y, poco a poco, quienes quedaban todavía en Spinalonga fueron tratados y enviados de vuelta a la parte continental. Después de que la colonia cerrase oficialmente en 1957, el gobierno griego destruyó todos los registros relacionados con la historia de Spinalonga como un hacinamiento de leprosos.

El renovado interés en visitar la isla comenzó en la década de 1980 y culminó en un popular libro de ficción histórica de la autora británica Victoria Hislop. Hoy, los visitantes pueden tomar un ferry desde las ciudades cercanas de Plaka, Agios Nikolaos y Elounda hasta la isla para explorar los restos ruinosos de lo fue una sociedad en sí misma.