Memorial del Oso Polar en Troy, Míchigan

Este monumento conmemora a los únicos soldados estadounidenses que lucharon directamente contra los rusos durante la Primera Guerra Mundial.

Durante 1918, cerca del final de la Primera Guerra Mundial, los bolcheviques llegaron al poder en Rusia y negociaron la paz con Alemania. Esto puso fin a los ataques en el frente oriental de las Potencias Centrales y también consternó enormemente a los antiguos aliados de Rusia. Temiendo que los alemanes o los bolcheviques pudieran incautar una gran cantidad de municiones aliadas en el puerto ruso de Arcángel, Gran Bretaña y Francia pidieron a los Estados Unidos que enviaran tropas.

En respuesta, Estados Unidos reunió a un grupo de más de 5.000 nuevos reclutas en una unidad denominada Fuerza Expedicionaria Americana del Norte de Rusia, también conocida como Expedición Oso Polar. La mayoría de estos soldados provenían de Míchigan, particularmente de todo el área de Detroit.

Al llegar a Arcángel en septiembre, los "Osos Polares" descubrieron que las municiones ya habían sido incautadas por los bolcheviques.

Aunque se firmó un armisticio entre las potencias europeas el 11 de noviembre de 1918, que terminó efectivamente con la Primera Guerra Mundial, la noticia no llegó a los Osos Polares y se vieron obligados a continuar luchando en Rusia durante el invierno.

En Estados Unidos los ciudadanos de Míchigan realizaron protestas y circularon peticiones exigiendo que el gobierno trajera de vuelta a los Osos Polares a casa. Finalmente llegaron las órdenes de extracción, pero la expedición no pudo partir hasta junio debido a que el puerto de Arcángel estaba congelado.

En 1929, los antiguos miembros de los Osos Polares regresaron a Rusia para recuperar los cuerpos de sus camaradas que habían perdido la vida durante la misión. Se vieron obligados a viajar de incógnito ya que Estados Unidos no tenía relaciones formales con Rusia.

En 1930, una tumba conmemorativa fue dedicada a los Osos Polares en el cementerio White Chapel en Troy, Míchigan. El sitio es el lugar de descanso final para 56 miembros de la Fuerza Expedicionaria recuperados en la misión de 1929, dispuestos alrededor de una estatua de mármol blanco representando un oso polar. Muchos otros soldados pertenecientes a los Osos Polares están enterrados en parcelas que rodean el monumento.

Hasta la fecha, los Osos Polares son los únicos soldados estadounidenses que han atacado directamente a las tropas rusas a pie.